Octubre y noviembre es la época idónea para el cultivo y consumo de gran parte de hortalizas. | Gori Vicens

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Finales de otoño e invierno es la época idónea para el cultivo y consumo de gran parte de las hortalizas: acelgas, perejil, apio, lechugas, porros, cebollines y empieza la zanahoria, entre otras. También es época de coles. Hoy nos centramos en la col ‘borratxona’ (Brassica oleracea), una variedad local que según la ficha técnica de la Associació de Varietats Locals de Mallorca es originaria de Muro y la define como «col de color verde claro con el interior muy blanco». No es muy vigorosa y se aconseja sembrarla a entre 30 y 50 centímetros entre plantas y a 60 centímetros entre filas.

Rafel Figuera, copropietario de Agromart, para dar valor a las variedades autóctonas, también siembra esta especie de col. «Puede que no sea tan vistosa como la col comercial que abunda más, pero quien la pruebe no quedará indiferente. Es una col que había quedado en desuso durante años porque siembras mil y no recoges mil, sino unas 600 o 700, porque pueda que espigue o que no se desarrolle lo suficiente; tiene esta peculiaridad y no era tan rentable económicamente, pero quien la prueba la vuelve a consumir porque es exquisita», recalca Figuera.

Para la cocina es idónea. «De sabor es muy suave. La pones en un cocido (bullit) y disfrutas de comerla. Saboreas más la col que la carne –comenta–, o con una sopa de verduras es exquisita, estamos hablando de col, pero hay una diferencia».

Rafel Figuera en su finca.

A diferencia de la col comercial (la común) que se puede sembrar todo el año, ésta sólo se puede sembrar en invierno. Ahora hace entre mes y medio y dos meses que fue trasplantada, «pero por Navidad te tienes que parar de sembrarla porque, sino, luego espiga. De hecho, en verano no puedes cultivar col borratxona por eso de la espiga», comenta. Ahora y hasta marzo son los meses álgidos de la recolección.

Regadío

El período de desarrollarse es de dos meses. «La col es un cultivo que agradece mucho el agua, tiene mucha hoja y se robustece; o sea, para desarrollarse necesita agua generosamente», comenta Rafel Figuera. En otoño y a las puertas del invierno, además de todas estas hortalizas de temporada, gracias a los invernaderos también se puede seguir cultivando el calabacín o el tomate de ensalada, entre otros. Figuera apunta el verano como la época idónea, tanto para frutas (melón, sandía) como para gran parte de las hortalizas.

Habiéndose decretado el nuevo confinamiento –de momento nocturno– por parte de las autoridades, Rafel Figuera, de Agromart, explica que para el sector será un invierno «un poco especial. Las restricciones nocturnas en que no podamos salir a cenar fuera, puede que haga que la gente aproveche para cocinar más en casa y que los productos locales vuelvan a estar presentes en las cocinas». «De momento –incide– hay un poco de desconcierto. Hay que ver cómo van transcurriendo las próximas semanas».