Las nuevas variedades proceden especialmente de Cataluña. | APAEMA

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Todo cambia o evoluciona. La agricultura y el caso concreto del cultivo del almendro también. Las plantaciones de antaño, a la seca, van desapareciendo y no se repoblan con nuevas siembras, o se hacen muy pocas, más bien a pequeña escala, testimonialmente. Para plantaciones en gran número de árboles en regadío se emplean nuevas variedades. Y se siembran ya que la producción de almendra ha vuelto a aumentar considerablemente como había años atrás.

El técnico de Apaema Miquel Serra explica que «las variedades mallorquinas que se utilizaban ya no se emplean para estas plantaciones nuevas. Si hablamos de ‘hacer kilos’, los productores apuestan por variedades modernas que son importadas de la zona de Cataluña».

Las nuevas variedades más comunes son Marinada, Vairo, Constantí, Lauranne, o Belona. Son árboles que consiguen grandes producciones, más o menos estables un año tras otro, que hacen un fruto único y cuya cáscara es blanda. Además, se intenta que no lleven demasiado trabajo, como por ejemplo, que requieran poca poda.

¿Qué diferencias hay entre las nuevas plantaciones y las que estábamos acostumbrados? Para Miquel Serra «tenemos que contemplar el almendro como un frutal, como si fuera un cerezo o un albaricoquero, porque son plantaciones que cultivándose en seco ya no responden demasiado bien, y con la siembra y cuidado se trata de una inversión muy elevada».

Apaema ha organizado un curso de poda impartido por Ramon Girabert destinado a estas plantaciones modernas. Fotos: APAEMA

Los que plantan estas variedades las riegan. Y es que en el momento que un agricultor entra dentro de este sistema de cultivo intensivo fuerzas a los árboles y éstos necesitan más atenciones. Por ejemplo, antaño no se fumigaban y prácticamente no se le tiraba ningún fertilizante. En cambio, con las nuevas plantaciones es todo lo contrario: se hacen bastantes tratamientos y se atiende la nutrición.

Este tipo de nuevo cultivo también se desarrolla sin ningún problema en la agricultura ecológica. En Mallorca ya hay varias explotaciones que lo trabajan, habiéndose dado el alta en este sistema eco. «Las variedades son las mismas, pero los tratamientos son los autorizados en agricultura ecológica», explica Serra. Los principales problemas con los que hay que luchar son el brot sec –que comparecerá ahora, en primavera–, además del cribat, el pulgón, la anarsia o la araña roja; todos se pueden combatir con las herramientas que ofrece la agricultura ecológica. Ante el auge de las nuevas explotaciones de almendros, Apaema organizó un curso de poda destinado a estas plantaciones modernas, que fue impartido por el experto Ramon Girabert, de Lleida y tuvo una excelente aceptación por parte de los agricultores.