Fotografía de familia de los representantes de universidades y empresas relacionadas con la agroalimentación. | Gori Vicens

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Poner conocimientos en común para mejorar la eficiencia en fora vila. Este ha sido el objetivo del encuentro entre socios de las cooperativas agroalimentarias y técnicos de agricultura de Chipre, Holanda y Grecia que han visitado la Isla. La visita se ha enmarcado dentro del proyecto europeo Ploutos, que busca reequilibrar la cadena de valor del sector agroalimentario.

Se han desplazado a Mallorca representantes de universidades, de empresas relacionadas con la agroalimentación y de los ministerios de Agricultura de éstos tres países y se han reunido con las Cooperatives Agroalimentàries de les Illes Balears, donde se les ha explicado la forma de trabajo y las líneas generales del sector agro en las Islas.

«Realmente estos grupos de transferencia de conocimiento son muy efectivos, todos ganamos. Conocemos la forma de trabajar en otros territorios y ellos conocen la nuestra. Los técnicos extranjeros se han sorprendido de la estructuración y la organización del sector a través de las cooperativas y las SAT que tenemos implantada», ha explicado la directora gerente, Maria Francisca Parets.

Por su parte, la directora de la empresa de proyectos europeos Any Solution, que también ha participado en este encuentro, ha explicado que en Mallorca están desarrollando varios estudios importantes como la colocación de sensores en los invernaderos para intentar ahorrar agua y fertilizantes, para mejorar las condiciones de temperatura y humedad, hecho que mejora la calidad de los productos que se están produciendo.

Otro proyecto europeo que desarrollan pasa por la detección de plagas en los almendros. Mediante un robot se analizan las hojas de los árboles y cuando detecta alguna enfermedad, éste crea una alarma dando paso a la intervención de los agrónomos. Y, con drones, se controlan las patateras y los olivos para detectar enfermedades.

Todos estos proyectos se desarrollan con la colaboración de las diferentes cooperativas que hay en la Isla; alguna de estas ha sido recorrida por los visitantes extranjeros, que se han mostrado muy interesados por los proyectos de las cooperativas y por conocer la recuperación de las variedades autóctonas para proteger la biodiversidad, recuperar un patrimonio, una cultura y una historia agraria que tienen las Baleares.

Más de 13.000 almendros

Entre otras, en Felanitx visitaron la bodega cooperativa vitivinícola Vidauba; en Son Pou de sa Majorala (Vilafranca) una explotación de 65 hectáreas con más de 13.000 almendros sembrados, de las variedades marta, marinada y vairo, que son productivas, autofértiles y de floración tardía, que dan un muy buen sabor. También visitaron la histórica cooperativa Sant Bartomeu de Sóller, entre otras. Dicen –los visitantes– que se llevan una muy buena radiografía de la agricultura mallorquina para aplicar en sus países de origen.