Agricultura y ganadería frente al cambio climático. | Gori Vicens

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En la agricultura, como en muchos otros sectores, hay que ir buscando fórmulas para paliar los efectos del cambio climático que avanza a pasos agigantados. En 2022 se puso en marcha a nivel nacional el proyecto ‘Pasture+’, para implementar buenas prácticas agro-ganaderas. Un proyecto pionero que introduce el manejo holístico de los animales, planificando un sistema de pasturas rotacional.

Participan asociaciones y cooperativas de la Península. De la Isla se ha implicado la Associació de Productors Ecològics (APAEMA), que se sumó en julio de 2022, y una docena de fincas piloto, (10 de ovino y 2 de bovino) todas ellas con certificación ecológica.

Para ir implementando el proyecto, APAEMA va impartiendo cursos, haciendo el seguimiento productivo de las fincas, económico, social y sobretodo de monotorización ambiental. El último ha tratado sobre la planificación de las pasturas. Por ello, explica la técnica de APAEMA, Magdalena Adrover, el año se divide en dos etapas: en el plan abierto, hay un crecimiento de la hierba; no se sabe la cantidad de forraje que producirá pero se sabe que cuando pasturen los animales aquella hierba rebrotará. Esto es entre noviembre y abril-mayo; mientras que el plan cerrado comprende el resto de meses. Pasa por saber cómo racionar la comida para poder pasar todo el verano hasta que vuelva a crecer la hierba del nuevo ciclo. «Hemos ido visitando los terrenos de los mismos participantes en el curso para poder resolver las dudas más concretas con las que se pueden encontrar y poder aplicar soluciones», explica Adrover.

Este sistema de manejo holístico, de rotación, planificando las pasturas, «se ha visto que ayuda muchísimo a favorecer el desarrollo del suelo, la riqueza y la fertilidad de la tierra, tanto a nivel botánico con la cobertura vegetal que hay como a nivel de subsuelo, de materia orgánica de carbono», explica la técnica.

En 2022 se puso en marcha el proyecto ‘Pasture+’, que introduce el manejo holístico de los animales y al que se sumó APAEMA. Fotos: GORI VICENS.

Consiste en dividir la finca en diferentes compartimentos o cercados, más o menos según la capacidad del terreno, pero flexible, donde los animales van pasturando. Así la cabaña en vez de moverse libremente por dentro de toda la finca lo hace por dentro de los cercados. Se trata de establecer un sistema en el que pasturen entre tres y siete días como mucho en cada zona, y que después ésta pueda descansar entre 60 y 90 días como mínimo. Este es el tiempo necesario de recuperación de la tierra para que las plantas vuelvan a crecer.

Así , como más cercados se puedan hacer, mejor. Lo importante es ir reduciendo los días de pastura en cada zona. De momento, sobre el terreno, el proyecto ‘Pasture+’ está dando muy buenos resultados.