Antoni Feliu es uno de los elaboradores del zumo de uva de Sa Casa Pagesa. | R.P.F.

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Antoni Feliu (1968) es uno de los elaboradores del zumo de uva de Sa Casa Pagesa. Esta bebida ha sido reconocida este 2024 como producto ecológico del año. Cultivado en una viña de Santa Maria y de la variedad de uva montenegro –autóctona–, este zumo nació de la más absoluta casualidad. «Es una viña vieja y no muy grande donde producíamos poco para hacer vino, o más bien, no salía a cuenta hacerlo», explicó Antoni Feliu.

Así, ante esta situación que les llevó a producir vino «solo para nuestro consumo», resultó que decidieron usar el excedente para hacer el zumo. Lo prensan en el obrador de Apaema y lo comercializan directamente. «Tener un obrador en la Isla es algo muy positivo y que da seguridad al productor. Es un proyecto pionero en España», explicó Feliu. Él siempre ha trabajado con su familia. Su mujer era la encargada de las ventas pero hace poco tiempo falleció, por eso, este reconocimiento a su producto es un aún más especial.

«Es un pequeño homenaje a ella, ya que además, estaba aún cuando hicimos la última prensada y siempre creyó en él», explicó Feliu. Además de la familia Feliu, este zumo es posible «gracias a quien hace 50 años sembró esta viña, Mateu Morro, y su mujer, Maria Torrens que confió en mí para cuidarla». Además, todo el proceso lo lleva a cabo junto a Toni Morro, el hijo de ambos y amigo de Feliu. El zumo de uva Sa Casa Pagesa no tiene más que eso, uva. «Solo lo pasteurizamos y embotellamos».

En este sentido, toda su producción es ecológica. «Siembro y tengo ganado en diferentes sitios y en todos los casos produzco en ecológico», explicó. Esta decisión viene de lejos. Su familia cosechaba una finca en Felanitx pero a ninguno de sus miembros le gustaba el proceso de regar con productos fitosanitarios, «no sabemos ni que es lo que se tira y éramos los que recibíamos directamente sus efectos por lo que decidimos dejar de hacerlo y empezar a producir ecológico, menos cantidad pero sabiendo lo que consumíamos».

Feliu considera que la administración no ayuda a los productores pequeños. «Las leyes están hechas para favorecer a los grandes y nadie está dispuesto a acercarse a nosotros (los pequeños productores) para buscar una solución conjunta a este problema generalizado». Así, entiende que cada vez menos gente se dedique al campo, «los jóvenes están tapados de normativa, no tienen coraje de emprender».

Del mismo modo cree que no se hace suficiente para promocionar las razas autóctonas de la Isla, «somos la comunidad con más razas autóctonas y vegetales propios y no somos conscientes de ello ni le sacamos todo su potencial, es más fácil enumerar lo que no tenemos que lo que tenemos aquí». Pese a todo, Feliu seguirá cultivando tal como hasta ahora, pues «hago las cosas pensando que me las comeré yo», asegura. «Un productor pequeño no puede mentir ni estafar al cliente», concluye.