Las clásicas sobremesas y tardes de chiringuito donde brillan los cafés, las cañas, los vinos, los «digestivos» y algún que otro buen cóctel. | Pixabay

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Los protagonistas de las terrazas veraniegas son sin duda los mojitos, la sangría y otros cócteles como el gin-tonic. Y es que, estas bebidas están en auge, ya sea un bloody mary en el británico momento del brunch, un martini en el aperitivo al estilo italiano o las clásicas sobremesas y tardes de chiringuito donde brillan los cafés, los vinos, los «digestivos» y algún que otro buen cóctel. Con tanta afluencia de turistas extranjeros, España guarda recetas de cócteles que han recorrido el mundo, desde piratas en Cuba a reinas de Inglaterra. Conoce la historia de los cócteles más famosos del verano.

El mojito, de piratas a Hemingway

Esta refrescante mezcla de ron blanco, soda, zumo de lima, hierbabuena, azúcar moreno y hielos ha cautivado a todo tipo de paladares, incluso a los de los piratas más salados. La leyenda cuenta que fue Sir Frances Drake el autor de esta delicia. Este corsario inglés solía contar con una tripulación débil, que enfermaba con facilidad de cólera o escorbuto. Para combatir esto, Drake decidió elaborar el antecesor del mojito a base de un aguardiente de caña, azúcar, limón y menta. El aguardiente calentaba el cuerpo y el limón proporcionaba la vitamina C necesaria para frenar el escorbuto. La bebida empezó a causar furor en Cuba, y cuando se perfeccionó la elaboración de ron blanco, este sustituyó al aguardiente, y nació el mojito. Más tarde, en tiempos de la Ley Seca, el novelista americano Ernest Hemingway, en sus viajes a Cuba se tomó la licencia de cambiar la receta pirata, él pedía sustituir la soda con champán.

Bloody Mary, el cóctel más sanguinario

Esta bebida tan singular y recomendada en los brunchs mezcla vodka con zumo de tomate. Debido a que el color de este cóctel se asemeja al de la sangre, su nombre hace referencia a «María la sanguinaria», el apodo que recibió la reina Mary I de Inglaterra tras ordenar una cruel persecución contra los protestantes en el siglo XVI. Nada tiene que ver con su historia, ya que el cóctel se creó en los años 20, cuando un barman parisino mezcló vodka, zumo de tomate, sal, pimienta, limón y salsa Worcesteshire.

Gin-tonic, el arma secreta de las tropas británicas

Se trata de uno de los cócteles más famosos de la historia. Este cóctel a base de ginebra, tónica, hielo y limón, puede parecer sencillo pero cuenta con un origen complejo y circunstancial. Se dice que los soldados ingleses destinados en Flandes fueron los que importaron la ginebra, de origen holandés, a su país donde fue recibida con gran éxito. En tan solo unos pocos años, la ginebra fue la bebida alcohólica más producida en Reino Unido. Sin embargo, acompañante perfecto solo hay uno: la tónica. Vendida como un producto medicinal para tratar problemas digestivos, tuvo mucho éxito entre la nobleza británica. Pero el cóctel no surgió hasta finales del siglo XIX, cuando los soldados fueron destinados a la India donde sufrían miles de bajas debido a enfermedades como la malaria. Para combatirla, los pelotones consumían polvo de quinina con agua y azúcar. A esta mezcla se le añadió ginebra, para fomentar su consumo y apoyar el producto británico. Además, agrandaba la «valentía» de los soldados en la batalla. Al volver de la guerra, seguían tomando la bebida pero sofisticaron su receta cambiando el agua por la tónica.

Sangría, la dulce copa de chiringuito

La superventas de la casa es sin duda un requisito para el verano. Hecha a base de vino tinto, fruta natural troceada, azúcar y hielos. La sangría es el acompañante perfecto para cualquier comida junto al mar. Pero la historia no se pone de acuerdo en cuanto a su origen, se dice que fue creada por campesinos españoles y portugueses a principios del siglo XIX. Pese a que los franceses y los británicos han querido atribuírsela, el Parlamento Europeo declaró que sangría era un término exclusivo de España y Portugal. Dejando de lado los derechos de autor, el único requisito que pide la bebida es que la mezcla debe macerar un día previo a su consumo. En cuanto a las frutas, se le suele añadir manzana, melocotón y cítricos. Pero la receta acepta sugerencias, como pasa en Asturias donde triunfa la sangría de sidra.