Membrillos y el dulce. | Mia Naprta

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Entre muchos recuerdos de mi infancia en Croacia, está el del dormitorio de mis abuelos, y de su particular olor en otoño. Mi abuela siempre guardaba dos o tres membrillos encima de su enorme armario de madera de roble, y el olor de esta fruta de color amarillo, que se intensificaba con el paso de los meses, será para siempre mi ‘olor a otoño’.

En Mallorca, el membrillo es una fruta que ha sido parte de la tradición culinaria durante generaciones. Esta fruta de piel rugosa y carne firme se transforma en una deliciosa variedad de preparaciones, estas son apreciadas tanto en la cocina casera como en la alta gastronomía de la Isla.

En las casas mallorquinas, el uso más tradicional del membrillo es para elaborar el dulce de membrillo, una especie de gelatina o carne espesa que resulta de cocer la fruta con azúcar. Este dulce es perfecto para acompañar quesos como el queso de Mahón o simplemente disfrutarlo con un trozo de pan. Además, el membrillo se usa en diversas recetas de repostería como tartas y pasteles. También, en muchas pastelerías argentinas de la Isla veo a menudo delicias de membrillo en los mostradores.

En los restaurantes de Mallorca, la versatilidad del membrillo se destaca en platos tanto dulces como salados. Es común encontrarlo en menús degustación, en los que se incorpora en salsas para carnes o incluso en platos de pescado. Su sabor agridulce hace que sea un excelente complemento para embutidos y patés, especialmente en tablas de quesos y fiambres.

Receta de Dulce de Membrillo

Ingredientes:
• 1 kg de membrillo
• 750 g de azúcar
• 1 limón
• agua
Elaboración:
Lave y pele los membrillos. Córtelos en trozos y retire las semillas. En una olla grande, ponga los trozos de membrillo y cubra con agua. Cocine a fuego medio hasta que estén blandos. Una vez cocidos, escúrralos y pase la pulpa por un colador o un pasapurés. Pese la pulpa y utilice la misma cantidad de azúcar. Vuelva a poner la pulpa y el azúcar en la olla. Añada el zumo de un limón y cocine a fuego lento, removiendo constantemente hasta que la mezcla tome una consistencia espesa. Vierta la mezcla en moldes y deje enfriar. Una vez frío, corte en trozos y disfrute de su dulce de membrillo casero.

En Mallorca, el membrillo no es solo un ingrediente más. Ya sea en una humilde tabla de quesos en la cocina de la abuela o robando protagonismo en el menú de un restaurante estrellado, esta fruta versátil añade un toque agridulce a la vida gastronómica mallorquina.