Un pastel de patata. | Lydia E. Larrey

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«Habían bajado del porche un melón y unas patatas. Robert se ofreció: «soy bastante bueno para picar verduras». Respondió ella: «bueno ahí está la mesa y un cuchillo. Voy a hacer un guiso así que corta las patatas en dados». Él estaba cerca de ella picando las zanahorias, el apio y las cebollas. Francesca pelaba las patatas en el fregadero, consciente de estar muy cerca de un desconocido a quien había recibido con hospitalidad. Expuso cómo iban a cocinar las verduras: «aceite vegetal y una taza y media de verduras». Cocinar hasta que estén doradas. Agregar harina y mezclar bien. Agregar un cuarto de litro de agua. Agregar las verduras que quedan y los condimentos. Cocinar a fuego lento unos cuarenta minutos. (Es evidente que esta traducción habla de las verduras en su acepción inglesa vegetables que incluye entre las verduras propiamente dichas las hortalizas.) Por la tarde Francesca preparó pimientos rellenos con una mezcla de salsa de tomate, arroz integral, queso y perejil picado. Luego, una simple ensalada de espinacas, pan de maíz y de postre suflé de manzana. El vino era un problema. La gente del lugar lo guardaba en la nevera, aunque en Italia nadie lo enfriaba. Pero hacía demasiado calor para dejarlo simplemente sobre la repisa».

El texto pertenece a la novela Los puentes de Madison County (1992) de Robert James Waller ( Rockford, Iowa, 1939), profesor universitario, músico cantautor… y que cuenta la breve relación amorosa entre un fotógrafo del National Geographic llamado Robert y una granjera de Iowa, Francesca, de origen napolitano.

Para preparar un pastel de patata hervimos tres patatas en dados y un par de zanahorias en un bol y las reducimos a puré. Calentamos aceite de oliva en una sartén y freímos una cebolla trinchada y dos dientes de ajo picados; echamos luego en la fritura dos tomates pelados y sin pepitas. En cuanto esté todo bien dorado, añadimos una ramita de perejil y unas hojas de apio pasados por el mortero. Retiramos del fuego y le agregamos cinco huevos batidos. Sazonamos con sal y pimienta. Vertemos esta mezcla en un molde untado con aceite y espolvoreado de pan rallado. Cocemos el producto en el horno durante una media hora a fuego moderado. Comprobamos y si es necesario añadimos unos minutos más.