Esta medida, que anula la posibilidad de determinar unilateralmente las vacaciones, supone un cambio significativo en la gestión laboral de un sector que tradicionalmente ha requerido de gran flexibilidad debido a la variabilidad de la demanda turística.
Esta movida viene después de que UGT, con el apoyo de CCOO, metiera mano en el asunto y ahora resulta que una parte del convenio colectivo de hostelería ha quedado en un claro fuera de juego.
Imagina que durante más de 20 años, los empresarios han podido decidir sobre el tema de las vacaciones y ahora, tienen que planificarlas con dos meses de antelación. No sé cómo van a hacerlo justo cuando estamos a las puertas del inicio de una temporada turística que se vislumbra excepcional.
El turismo -como sabemos– es una montaña rusa que sube y baja y esta rigidez, en la planificación de las vacaciones, no sé cómo les va a afectar… especialmente a los «pezqueñines» (micropymes).
No sé… imagino que esto acabará en el Tribunal Supremo, pero, aunque se pueda recurrir, ya está en vigor y –como he comentado– tendrá aplicarse desde este verano.
¿Te imaginas el lío?
En resumen, las islas están que arden con esta historia. Los hoteleros, que ya sufren la escasez de personal cualificado, ahora se encuentran con otro problema para cuadrar sus ya menguadas plantillas.
Oye… que yo no digo que el TSJB haya cometido alguna irregularidad, que no pueda ser justo o cualquier otra consideración a favor de los trabajadores. Sólo digo que, al final, todas estas cosas tienen segundas vueltas… (y consecuencias inesperadas). Son cosas de la economía.
]]>Por ejemplo, la natalidad ha disminuido a tasas de no reemplazo (fecundidad mínima necesaria para que una población se mantenga). Si a mediados de los setenta el índice de fecundidad era cercano a tres hijos por mujer (2,85 en 1975) en la actualidad está sólo ligeramente por encima de un hijo por mujer (1,11 en 2022), por lo que estaríamos en mínimos históricos. En Balears nacen menos bebés que nunca y se están registrando caídas incluso superiores a las del resto del país.
A este declive de la tasa de natalidad hay que añadirle que la composición de los hogares también se está transformando, con un notable aumento de los hogares unipersonales. En Balears viven 2,6 personas por hogar cuando en los setenta era de casi cuatro personas por vivienda. Las implicaciones económicas de estas nuevas construcciones sociales son más que evidentes. Además, se observa una tendencia creciente hacia la formación de hogares unipersonales, impulsada por diversos factores, incluyendo cambios culturales, preferencias personales, y dinámicas socioeconómicas. Actualmente, dos de cada cinco hogares en Balears están habitados por personas solas, en los próximos 15 años los hogares de una y dos personas serán los que más aumenten y la tasa, de personas por hogar, caerá por debajo de las 2,5 personas. Para llevarse las manos a la cabeza.
La «tasa single» en Balears (vivir solo/a) implica costos adicionales significativos, cuantificados en unos siete mil quinientos euros al año. Los gastos de vivienda, facturas del hogar, y otros costes de vida diaria se incrementan para quienes eligen esta forma de vida. Pero de todo esto, lo más sorprendente es que la presencia de mascotas -especialmente perros- como miembros adicionales de los hogares, es otra faceta de este cambio social. En Balears –no te lo pierdas- hay más hogares con mascotas que hogares con niños…
No sé… parece que se está comparendo lo que cuentas tener un hijo, unos ochocientos euros mensuales, con tener un perro, aproximadamente una décima parte, por lo que los animales de compañía se están viendo como una alternativa más interesantes en esta nueva tendencia de vivir Low Cost.
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