Es una cuestión social que abarca a todos los colores políticos

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Lo vivido el sábado en Palma ha sido la respuesta clara y contundente de la sociedad civil balear en cuanto al gran problema que nos encontramos: la masificación turística.

Como asistente a la manifestación, y a la vez servidor público en mi municipio, muy afectado también por la masificación turística, he de decir que me llenó de orgullo ver que la manifestación ha contado con más de 10.000 asistentes y que no ha habido ningún partido político predominante en él. Los residentes queremos poder convivir en paz y armonía, seamos de izquierdas, de derechas o de centro. Este es el mensaje que se ha mandado a los gobernantes y a la oposición en el Parlament. La cuestión requiere de un gran consenso entre todos los partidos políticos. Esto ya no es un tema de ideologías, sino de recursos y una realidad clara: nuestro espacio es limitado. No caben más turistas, el modelo de "más es mejor" no funciona y ahora toca centrarnos en aprobar medidas que permitan a los residentes vivir sin ser desplazados fuera de las islas. Espero, y lo deseo de corazón, que los actores políticos a nivel autonómico sean responsables y hagan caso del clamor del pueblo, y no usen únicamente esta manifestación para echarse titulares unos a otros y enfangar el tema sin hallar soluciones.