El gran descampado sito en la calle San Rafael 166, al que antes se podía acceder y en el que muchos vecinos de Can Capes y Pere Garau paseaban a sus perros, está ahora cercado sin que tengamos conocimiento de qué van a hacer en él. Lo lógico sería que el Ayuntamiento se hiciera con estos terrenos (si es que no son suyos ya) para iniciar una obra de párkings subterráneos con un gran parque, puesto que ambas cosas son escasas en esta zona, que es, como ya saben, una de las más pobladas de Palma. A pesar de que desde hace años existe un proyecto de párkings subterráneos en la calle Médico José Darder, no hay que ser muy avispado para apreciar que dicha obra sería tremendamente costosa e incómoda para todos los vecinos, teniendo que poner patas arriba una calle muy concurrida, llena de supermercados, párkings privados, bares y tiendas. Plantear, por tanto, que el descampado de San Rafael 166 otorgue este servicio a sus ciudadanos, añadiendo además un parque que aporte calidad de vida, es lo más sensato que cabría esperar de nuestros políticos. Mi fe me hace esperar que utilicen el sentido común y la empatía para convertir los descampados sin uso de San Rafael 166 en una zona de valor para los habitantes del barrio, pero me parece que la realidad va a hacer que nos demos de bruces contra el suelo. Tras escribir una sugerencia al Ayuntamiento y solicitarles información sobre qué esperan hacer con los descampados, la respuesta fue una bomba de humo poco esperanzadora. ¿Qué se puede esperar? El barrio no es de ricos, y los parques, como vamos viendo, empiezan a ser un privilegio de los más adinerados.