Marcus Cooper Walz regresó a Mallorca con la medalla de plata que le acredita como subcampeón del mundo de K4 500. | Jaume Morey

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Marcus Cooper Walz regresó a Mallorca con la medalla de plata que le acredita como subcampeón del mundo de K4 500, tras una intensa final en la que la embarcación alemana dejó sin oro al balear y a sus compañeros, Saúl Craviotto, Cristian Toro y Rodrigo Germade. Pese a no subir a lo más alto del podio, el palista mallorquín se mostró “súper contento” con la plata e inicia “con muchas ganas tras una larga temporada” unas merecidas vacaciones en la Isla.

Marcus, que llegó acompañado por sus familiares, que asistieron en vivo al Mundial de Montemor O Velho (Portugal), fue recibido por un nutrido grupo de jóvenes palistas, técnicos y dirigentes del Real Club Náutico de Portopetro, que quisieron aplaudir a su ídolo en la misma terminal de Son Sant Joan, un detalle que Marcus agradeció.

“Fue una final intensa, al final ellos (Alemania) fueron mejores, pero este resultado nos servirá como estímulo para seguir el año que viene”, agregaba Marcus Cooper Walz, que tiene en mente un objetivo “para el que trabajamos, que son los Juegos Olímpicos de Tokio”. Para este brillante K4 500 español, el campeón olímpico en Río reclama “apoyo de todas las instituciones para poder trabajar con medios y pelear de tú a tú con los mejores”, aseguró.