Un grupo de aficionados viven en directo el momento en el que Joan Mir se hace con el campeonato del mundo. | Pilar Pellicer

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El piloto mallorquín Joan Mir (Honda), que este domingo se ha proclamado campeón del mundo de Moto3, se ha mostrado emocionado por el título logrado con su victoria en la carrera del Gran Premio de Australia, y ha reconocido que su mala actuación en Motegi le ha servido para ponerse «las pilas».

«No tengo palabras. He luchado muchísimo para conseguir esto; cuando buscas algo durante muchísimo tiempo y lo consigues es una pasada», señaló en declaraciones a Movistar MotoGP. «Estoy superemocionado, es una sensación muy buena, aparte con una victoria, tras una carrera de locura. Todo con la responsabilidad de no saber si la pista está seca o mojada. Iba haciendo y me ha salido todo bien, doy gracias al equipo», añadió.

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El balear explicó que cuando apareció la bandera roja por la lluvia empezó a echar cuentas para saber si le valía para ser campeón. «He visto las vueltas que faltaban y he empezado a calcular dos tercios. Cuando he visto que mi padre y mis entrenadores se acercaban por el vial ha sido una pasada. ¿Será verdad, seré campeón del mundo? Estoy que no me lo creo», manifestó.

Además, el nuevo campeón de la cilindrada pequeña reconoció que lo sucedido en el Gran Premio de Japón, cuando no entró en los puntos, le sirvió para reaccionar. «Doy gracias que ha pasado lo de Japón para ponerme las pilas y seguir luchando como lo he hecho ahora», apuntó.

Por último, tuvo palabras de agradecimiento para todos los que le han acompañado en el camino al título. «Puedo empezar a agradecérselo a la gente y no acabaríamos nunca: a mi familia, a mis entrenadores, al equipo por confiar en mí...», dijo. «Quiero mandar un saludo al Palma Arena, que han puesto una pantalla de televisión y seguro que me están viendo», concluyó.