Sobre estas líneas el cuerpo técnico blanquiazul en una imagen captada en el Municipal de Magaluf. El Atlètic ha conseguido crecer en Segunda B. El fútbol del ATB es proporcional a su grado de confianza y este está por las nubes.

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Nico López, cuando dio el ‘sí quiero’ al Atlètic Balears, decidió entonces abrir la página de la historia del fútbol por la C. Ahí encontró la palabra ‘Compromiso’ y a partir de ese concepto ha edificado su obra. Tras 14 jornadas el equipo es colíder con 31 puntos.

El entrenador ha apostado por el gramo de juventud y rebeldía imprescindible para tener al grupo activado y ha mantenido el porcentaje obligado de experiencia para marcar territorio ante los rivales. Porque la juventud y la ambición ganan partidos, pero los hombres con centenares de muescas en sus tobillos definen objetivos. Nico López es precisamente uno de esos entrenadores con ‘mucha mili’, pero desde que el servicio militar forma parte del olvido, ahora a este perfil de preparador se les denomina, ‘técnicos con mucho recorrido’.

Por eso, precisamente porque en su DNI hay casi 700 partidos dirigidos entre Tercera y Segunda B, el entrenador se ha rodeado de un cuerpo técnico acorde con su exigencia, con el compromiso que pide y con la profesionalidad que requiere un proyecto en Segunda.

Imprescindibles

Son sus mariscales de campo, los hombres que aportan su experiencia y sabiduría, personas imprescindibles como lo son todas y cada una de las piezas que forman un tablero de ajedrez. Guillem Llaneras y Andrés Llistó aportan sus conocimientos después de muchas batallas; José Ramón Bermell entrena a los porteros apoyado por los conocimientos que da haber disputado casi 200 partidos en Primera División en las porterías del Valencia, Cádiz y Zaragoza. Edu Nicuesa cuida de la materia prima y de tener las piernas de los futbolistas en perfecto estado; la pieza del engranaje la completa Gaspar Mesquida, un preparador físico cuyo trabajo se ve en cada partido que juega el ATB porque los futbolistas terminan los partidos igual que los empiezan. Volando.

El Atlètic ha encontrado en cada partido una fuente de placer, la plantilla gana y se divierte y eso aumenta el buen ambiente y se demuestra en cada sesión de trabajo, en cada ejercicio, en cada momento. El que juega ríe más y el que no lo hace ríe menos, pero aguanta el tirón y trabaja para modificar su situación. Lo que parece sencillo en ocasiones no lo es tanto, pero Nico López ha mentalizado a su equipo para que todos estén preparados porque en cualquier momento hay que salir al ring, ponerse los guantes y pelear.

El entrenador no es amante del ‘látigo’ de Capello. Su hoja de estilo es más sutil. «La autoridad no se gana pegando palos, sino demostrando que lo que dices tiene un sustento lógico y respetando a todos por igual», indica Nico López.
El técnico ha formado un ejercito que sale de las trincheras cada domingo sin esperar a saber si hay fuego de cobertura. «Buscamos equilibrio, no encajar ningún gol y poder marcar. Guardamos bien las espaldas, pero sin cortar la libertad a nadie», subraya Nico López.

Un equipo madura a medida que maduran sus líderes y en el ATB hay nombres imprescindibles. «El equipo –explica Nico– tiene a un jugador de raza y carácter como Joan Vich y otro hombre muy importante como Pedro Mairata, pero también hay que mencionar a Esteban en este grupo. En definitiva, creo que este equipo está formado por muchos albañiles y pocos arquitectos», subraya el entrenador.

Y es que en el Atlètic se conjunta la ilusión por seguir creciendo por parte de un buen puñado de futbolistas con la motivación de otros que atraviesan por una segunda juventud en plenas facultades. El ATB prolonga su fe porque el vestuario sencillamente cree en lo que hace.