El ATB recibirá al Toledo el domingo a mediodía y ampliará la capacidad de su centro de operaciones para descorchar el sueño del playoff | Miquel Àngel Borras

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La maquinaria del playoff se ha puesto en marcha. Cinco años después, el Atlètic Balears vuelve a soñar en plata. Hierve uno de los márgenes de la Vía de Cintura, que se prepara para la pelea por la Tierra Prometida al tiempo que el gran desafío cobra forma. Mientras la silueta del Toledo se recorta a lo lejos, el club ha empezado a disfrutar del viaje y a cuidar los detalles de otro partido para el recuerdo que ya cuenta con un sitio definitivo en la agenda del fin de semana: el domingo, a las 12.00 horas. Son Malferit volverá a ser una caldera y ensanchará un poco más su corazón blanquiazul para darle cabida a 300 espectadores que podrán seguir el partido desde unas gradas supletorias que se instalarán para la ocasión en uno de los fondos del campo.

El Atlètic y su entorno llevan subidos a la nube desde el domingo por la tarde. La guinda ante el Alcoyano, el descalabro del Badalona y el final feliz que redactó el equipo de Josico han desembocado en un torrente de mensajes y sentimientos que empezarán a volcarse sobre el tapete cuando arranque el primer asalto de la primera eliminatoria. El hecho de haberse apuntado en el último momento a una fiesta para la que parecía que ya no quedaban invitaciones ha reactivado todos los sentidos del ATB, que también ha empezado a rebobinar y a refrescar en su memoria las imágenes de aquel enfrentamiento ante el Mirandés que le llevó, de la mano de su afición, a acariciar el cielo a finales en mayo de 2012.

Desde entonces el sueño del ascenso ha permanecido intacto, pero tanto el Atlètic como su ecosistema han sufrido cambios notables que van alterar la composición de las fotografías de este año. El primer problema tiene que ver con el escenario. Sin el abrigo del Estadi Balear, que en aquella ocasión acogió a 10.000 espectadores que hicieron temblar sus cimientos cuando Brayan Angulo superó a Nauzet, la entidad ha tenido que buscar alternativas para que el máximo número de balearicos posibles accedan a Son Malferit.

El domingo pasado, sin ir más lejos, un centenar de socios no pudieron entrar a un recinto que estaba en plena ebullición desde una hora antes de que se abriera el fuego. Las características del domicilio actual de los blanquiazules no permiten grandes cambios, pero el club, que se volcó en el asunto desde que se confirmó su ingreso en la fase de ascenso, ha conseguido que al menos haya cabida para otros 300 aficionados dispuestos a seguir empujando. Así, el aforo ante el Toledo rondará las 1.800 plazas, que volverán a cubrirse fácilmente y que aunque no resolverán el problema, al menos intentarán reducirlo. En principio, las gradas quedarán definitivamente instaladas durante los próximos días y permanecerán ahí hasta que el ATB llegue al final del camino. Sea cual sea.

Precios
En esa dirección, el club ha empezado a invitar a sus seguidores a que suban al tren del ascenso para realizar en compañía el trayecto hacia la primera estación. Y ha fijado el precio de las localidades, que tendrán un coste de cinco euros para los socios (una entrada) y de quince para el resto de aficionados. Se pueden adquirir en las oficinas del club, en Son Malferit, de 9.00 a 20.00 horas.

Durante los próximos días los termómetros del ATB seguirán registrando un aumento importante de las temperaturas. Una vez desvelado el nombre del primer rival, la plantilla y Josico han empezado a estudiar la ruta a seguir sobre el mapa del tesoro. El playoff se aproxima. Y junto a él, la vieja aspiración de un club que quiere concederse el mejor regalo posible para soplar las velas de su 75º cumpleaños.