Lago Junior, en el centro de la imagen, controla el balón durante uno de los entrenamientos de pretemporada del Mallorca en la ciudad deportiva de Son Bibiloni. | Teresa Ayuga

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Metido de lleno en una profunda reforma, el Mallorca se ha propuesto que su mejor fichaje sea la continuidad de Lago Junior. Ahora que la plantilla empieza a tener una forma más o menos definida, la continuidad del futbolista marfileño se ha convertido en un reto de altura para la dirección deportiva. Aunque el africano es una pieza codiciada tras el descenso e interesa a varios conjuntos de Segunda División, el club bermellón espera convencerlo para que lidere el proyecto de Vicente Moreno y así se lo ha hecho saber esta misma semana durante un encuentro con el propio técnico, que ya fue determinante en su evolución, y Javi Recio.

La continuidad de Lago Junior marcará en un sentido u otro los próximos movimientos del Mallorca en el mercado. En principio, el club tiene montado el armazón principal del equipo, al que solo le faltan un par de refuerzos —un central y un centrocampista, siempre y cuando no se produzcan salidas—, más allá de la posible incorporación de algún otro futbolista sub’23, cuyo cupo ahora mismo parece cubierto con los miembros del filial que realizan la pretemporada a las órdenes de Moreno. Si al final resultara imposible retener a Lago, el conjunto que pretenda incorporarlo deberá pasar por caja. El extremo, reclutado hace año y medio tras abonar su cláusula de rescisión al Mirandés, tiene contrato hasta 2019 y el Mallorca no está dispuesto a regalarlo. Oviedo, Lugo, Córdoba y el resto de sus pretendientes ya saben que deberían rascarse el bolsillo.

El Mallorca está también muy pendiente de los otros tres futbolistas que permanecen con respecto al proyecto anterior, Damià, Raíllo y Pol Roigé, aunque el deseo de la entidad es que todos ellos inicien el curso como bermellones. En el caso del centrocampista mallorquín, con un año más de contrato, cuenta con una propuesta de renovación para otras dos temporadas aunque la llegada de una oferta formal de otro club de Segunda podría acelerar su salida. Evidentemente, si esta se produjera habría que fichar a otro centrocampista para equilibrar la sala de máquinas.