Jones, imbatida en una final del hectómetro desde septiembre de
1997, cuando fue derrotada por la jamaicana Merlene Ottey, esperaba
incluso mejorar su marca personal (10.65), pero se encontró con una
formidable adversaria que le devolvió el golpe de hace cuatro años
en la final de Atenas'97. Más compacta que su rival y con el centro
de gravedad más bajo, Pintusevich, de 27 años, tardó el mismo
tiempo que Maurice Greene en abandonar los tacos de salida en la
final masculina (123 milésimas), y en llegar a la meta exactamente
un segundo más que el campeón estadounidense.
Marion Jones, la doble campeona mundial destronada, tardó 146
milésimas en poner en acción su cuerpo de 178 centímetros de
estatura y en ninguna fase de la carrera estuvo por delante de la
ucraniana, que recupera para la raza blanca el título mundial
perdido en Stuttgart´93, cuando venció Gail Devers (EEUU). En
semifinales, Pintusevich, casada con el estadounidense Mark Block,
representante de atletas, ya levantó murmullos de sorpresa en la
grada al llegar por delante de Jones. En Atenas'97 había estado muy
cerca de la norteamericana en la final. Sólo dos centésimas las
separaron (10.83 frente a 10.85) y la europea llegó a creerse
ganadora. Luego ganó el título de 200.
La victoria de la ucraniana sobre Jones en la penúltima ronda
(10.94 por 10.95) fue importante en el orden psicológico porque
condenó a la norteamericana a correr la final por una calle
secundaria, la tercera, mientras ella partía por el carril de los
campeones, normalmente el cuarto. Jones marcó un hito histórico en
Sydney 2000 al conseguir cinco medallas: tres de oro (100, 200 y
4x400) y dos de bronce (longitud y 4x100). Su derrota demuestra que
su recuperación no ha sido completa.
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