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Zaragoza 1
Barcelona 4

ZARAGOZA: Rubén (-); Ponzio (*), Alvaro (*), Milito (*), Toledo (*); Zapater (*), Movilla (*), Generelo (*); Cani (*), Galletti (*) y Savio (*).
Cambios: Javi Moreno (*) por Generelo; Drulic (*) por Movilla y Soriano (*) por Cani.

BARCELONA: Víctor Valdés (*); Belletti (**), Oleguer (**), Puyol (**), Van Bronckhorst (**); Xavi (**), Márquez (**); Giuly (**), Deco (**), Ronaldinho (**); y Eto'o (**).
Cambios: Iniesta (**) por Giuly; Sylvinho (*) por Van Bronckhorst y Gerard (*) por Márquez.

Àrbitro: Carmona Méndez, del C.T. Extremeño. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Savio, Movilla y Toledo y al visitante Belletti.

Goles:
0-1, minuto 2, Toledo en propia puerta.
0-2, minuto 30, Giuly.
0-3, minuto 38, Eto'o.
1-3, minuto 62, Galletti.
1-4, minuto 70, Márquez.

Efe|ZARAGOZA

El gol logrado por el Real Zaragoza en propia puerta en el segundo minuto de juego abrió las puertas del triunfo a un Barcelona que supo jugar a la perfección con el marcador a favor y dejar el encuentro sentenciado al descanso, gracias también a la efectividad en sus llegadas a puerta.

Lo que se había planteado desde el lado zaragocista como un partido de presión desde la grada para su oponente y el colegiado, se desvaneció apenas iniciada la contienda, pues una mala cesión de Delio Toledo al centro de la portería sorprendió a Rubén, que no pudo impedir que el balón se colara en su meta.

Y si durante toda la semana los colegiados habían sido el centro de las críticas del Real Zaragoza, Carmona Méndez tampoco pudo pasar desapercibido porque los locales se quejaron de fuera de juego en el segundo gol barcelonista, por un fuera de juego pitado a Galletti que había acabado en penalti y del que posteriormente se retractó tras consultar con un asistente, y de un posible penalti cometido por Víctor Valdés sobre Cani, cuando el enfrentamiento todavía estaba vivo.

Si las ausencias del guardameta Luis García y de la delantera titular, «Oscar» González y David Villa, hacían pensar en una descompensación del juego local, el primer gol abrió las puertas de la goleada al conjunto de Frank Rijkaard porque su colega en el banquillo local, Víctor Muñoz, había planteado el partido para aguantar arropado y salir a la contra y en un abrir y cerrar de ojos se vio obligado a cambiar su entramado táctico e ir a buscar a su oponente.

El tanto dio gran tranquilidad al conjunto catalán que manejó el balón hasta con parsimonia esperando la presión de su oponente, para triangular con velocidad en la zona delantera y superar a la adelantada defensa maña.

Los azulgrana sabían que tenían mucho tiempo por delante para sentenciar la contienda y dejaron que fueran los locales quienes dominaran el juego esperando asestar el golpe definitivo al encuentro.

Este llegó en el minuto 30 con un gol del francés Ludovic Giuly al filo de la media hora que dejó la cosas muy cuesta arriba para los locales, que vieron como ocho minutos después el máximo goleador de la liga, Samuel Eto'o, dejaba el encuentro visto para sentencia con el tercer tanto tras romper el fuera de juego en el que intentó hacerle caer la defensa maña.

Mejoría

A pesar del varapalo que suponía el marcador para los locales, el orgullo zaragocista salió a flote tras el descanso. El Real Zaragoza, ayudado en parte por cierta desidia visitante, puso cerco a la portería catalana y tras un remate al poste de Movilla en el minuto 53, Galletti acortó distancias en el 62, aunque la alegría le duró poco a los propietarios del terreno porque el mejicano Rafael Márquez, ocho minutos después, cortó cualquier posibilidad de reacción con el cuarto tanto visitante y el marcador ya no se movería.

El entrenador del Zaragoza, Víctor Muñoz, resaltó tras el encuentro que si al Barcelona le regalas un gol en el minuto 2, se tiene «todo en contra».

«Hemos tenido un día bastante negro, incluida la mala suerte o errores nuestros, porque cuando regalas un gol y le das facilidades al Barcelona se complica todo», añadió.

Víctor Muñoz explicó que el día negro al que hacía referencia era consecuencia de lo ocurrido la pasada jornada contra el Albacete: «nuestra alineación estaba diezmada y además nuestro partido no ha sido muy acertado».

Rijkaard señaló que la victoria lograda les había dejado contentos y que, personalmente, le daba tranquilidad saber que tiene un grupo de jugadores que saben responder.