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«Cosas más raras se han visto», resuena entre la facción más optimista del mallorquinismo para no cerrar definitivamente la puerta de la salvación. El Mallorca mirará el domingo a los ojos de su destino. Su cita en Soria ante el colista es la última oportunidad que le queda al grupo de Cúper para seguir soñando. La victoria aplazará la sentencia durante alguna semana más. El empate o la derrota le empuja definitivamente ainfierno.

El Racing de Santander, asimismo, afronta esa etapa reina en un momento delicado de la temporada, con tres derrotas consecutivas. Y es que desde que noqueara al Mallorca en su estadio y posteriormente venciera precisamente en Los Pajaritos, el Racing parece haber entrado en barrena. Recordar, por ejemplo, que el Valladolid vivía con comodidad a estas alturas de campeonato, pero se estrelló en las últimas jornadas y acabó en Segunda División.

Pero en la carrera del Real Mallorca rumbo al milagro participa un invitado inesperado. El Racing de Santander se ha metido de lleno en problemas tras sus tres últimas derrotas consecutivas. El grupo cántabro dispone de una ventaja notable (nueve puntos más el golaverage) pero en el horizonte le espera la triada del presente campeonato, tres partidos ante equipos grandes que suele frenar en seco a la mayoría de rivales. Las citas ante Deportivo (Riazor), Betis (El Sardinero) y Real Madrid (Santiago Bernabéu) se perciben desde la Isla como fundamentales para mantener encendida la llama de la ilusión. Aunque sea a fuego lento.