Rafa Nadal celebra un punto de manera efusiva en su partido de semifinales.

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TOLO JAUME (LONDRES) El All England Club aguarda hoy (15.00) otro pulso por la leyenda de Wimbledon. Rafael Nadal y Roger Federer vuelven a verse las caras en el duelo que este año, sobre la hierba de Londres, se presenta más abierto que nunca. Si la superioridad en tierra batida del mallorquín es abrumadora, la hegemonía del suizo sobre césped se expone a la reválida más dura. Con la experiencia de las dos últimas finales y la confianza en su evolución, el zurdo de Manacor lanza un desafío que se definitivo. Diecisiete antecedentes y catorce de ellos con un título de por medio engrandecen el encuentro de hoy en La Catedral, donde la amenaza de fuertes lluvias persiste dispuesta a condicionar el desenlace. Nadal, al que le interesa un choque sin interrupciones para hacer valer su capacidad física y sacar provecho de la progresión que experimenta con la continuidad en el juego, parte con la ventaja psicológica de dominar la serie de enfrentamientos previos gracias a sus once victorias, pero Roger Federer, con 40 triunfos seguidos sobre el verde londinense y 65 sobre hierba, juega en casa, donde ha derrotado en las dos últimas finales al mallorquín para alargar hasta cinco el número de éxitos consecutivos. Nadal rozó el trofeo en 2007 y quiere que a la tercera vaya la vencida.

El tetracampeón de Roland Garros, el único capaz de exigir a Federer hasta un quinto set en Londres desde que éste iniciara su reinado, tiene ante sí la posibilidad de convertirse en el primer español en conquistar Wimbledon desde que Manolo Santana lo hiciera en 1966 y ser el primer jugador en encadenar los éxitos en Roland Garros y en el All England Club desde que Björn Borg lo hiciera en 1980. Una victoria le permitiría contar con cinco trofeos del Grand Slam en sus vitrinas superando los cuatro de Santana y Arantxa Sánchez Vicario.

La hoja de servicios de Nadal es la mejor de las que ha presentado hasta la fecha. Por primera vez el mallorquín sólo ha cedido un set (segunda ronda, ante Gulbis) y ha estado menos tiempo en la pista. Además, sus buenas prestaciones al servicio han quedado patentes en la edición en la que ha cedido menos puntos al servicio. Pase lo que pase la carrera por el número uno de la ATP no se alterará. Federer seguirá en la cima, mientras el manacorí reforzará su liderazgo en la Race tras conquistar Montecarlo, Barcelona, Hamburgo, Roland Garros y Queen's, donde logró la primera victoria española en hierba en 36 años. El número dos superaría los 6.000 puntos en la ATP, márgenes que en cualquier otra época ya le hubieran permitido situarse en el número uno. La superioridad de ambos tenistas sobre el resto de jugadores queda reflejada en el capítulo de finales más repetidas de la historia. Los catorce encuentros decisivos que han disputado les colocan entre las grandes rivalidades de este deporte, donde el duelo más visto en la final es el que protagonizaban Ivan Lendl y John McEnroe con veinte partidos con un trofeo en juego, y ya sólo están a dos de igualar las dieciséis finales entre Agassi y Sampras o Becker y Edberg, y a una del registro de quince que establecieron Connors y McEnroe.