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Tolo Jaume|LONDRES
Apenas doce horas después de haber reflexionado acerca de su final ante Roger Federer tras doblegar a Schuettler, Rafael Nadal volvió a comparecer ante los medios de comunicación para analizar la víspera de su tercera final consecutiva en Wimbledon.

El mallorquín se resigna a la climatología que amenaza seriamente con condicionar un encuentro en el que aprecia que el suizo «tiene más a perder» y opina que él sería el perjudicado si hay interrupciones por la climatología. El zurdo de Manacor considera indiscutible la condición de favorito del pentacampeón del torneo, que ayer admitió que Nadal es su «principal desafío» sobre hierba y expresó su malestar por el tiempo que dedica el isleño a la preparación de sus saques.

«No soy favorito, pero intentaré hacer todo lo posible para ganar. Su juego se adapta mejor a la superficie, está en su mejor pista, en su mejor torneo y no creo que haya bajado su nivel, por lo que para ganarle tendría que hacer un partido casi perfecto. Está claro que no es el Federer de principio de año porque lo he visto jugar a ratos y está a un gran nivel», considera el tetracampeón de Roland Garros.

Las previsiones climatológicas apuntan a lluvias intensas durante la jornada dominical, algo que supondría que el encuentro no pudiera disputarse de forma normal y un factor que, según Nadal, sería un punto a favor del suizo. «Hará el tiempo que tenga que hacer, pero considero que si hay interrupciones por la lluvia es peor para mí. Necesito tener continuidad en el juego y también creo que es positivo que se alargue el encuentro cuanto más mejor, pero yo no puedo hacer nada con el tiempo».

El manacorí tiene claro el guión de un encuentro que califica de «especial como todos los grandes» y adelanta que Roger Federer «va a salir agresivo y a intentar hacer su juego, porque es el que le funciona». También están claros los argumentos que quiere imponer sobre la pista y al respecto afirma que intentará «tener un ritmo alto y jugar intenso para llevar la iniciativa». En esta ocasión él es el aspirante y por lo tanto juega cree que «el que defiende el título siempre es el que tiene más a perder, es lo que me sucede a mi en París y lo que pasa con Roger (Federer) aquí».

Ante el hecho de que las tres últimas finales en Roland Garros y Wimbledon hayan tenido a los mismos protagonistas, el tetracampeón de la Copa de los Mosqueteros razona que «no es normal que hayamos jugado tantas finales juntos y hay que valorarlo por el hecho de que en una misma época hemos coincidido dos jugadores capaces de hacerlo bien en tierra y hierba».

Por su parte, Roger Federer apuntó que el mallorquín es su «máximo desafío» en hierba y comentó que la coincidencia de los mismos protagonistas en el segundo y tercer grande del curso es como si los dos aspirasen a «un trozo del mundo del otro». «Estoy muy satisfecho con cómo me fue en París y probablemente él estará contento con cómo le ha ido en Wimbledon. Queremos un trozo del mundo del otro, pero el otro todavía no ha cedido. Creo que tenemos una gran rivalidad», reflexionó el jugador de Basilea, que confiesa que Nadal es su «máximo desafío en hierba». Del hecho de que sea el mallorquín el que se haya apuntado el mayor número de victorias en los enfrentamientos entre ambos (11-6), recordó: «Vencer a tu principal rival es siempre un gran aliciente. He jugado contra Rafa en muchísimas ocasiones en tierra y por eso, obviamente, mis estadísticas no van a ser las mejores contra él. Está bien que ahora nos podamos medir en hierba y espero que esto juega, esta vez, a mi favor, como le ha pasado a él en tierra», dijo. El número uno del mundo dejó entrever cierto malestar con la forma de preparar los servicios de Nadal por el tiempo que dedica y matizó que la ventaja del balear en sus enfrentamientos se debe a que se han enfrentado muchas veces sobre tierra batida. «Se toma sus 20 segundos, o lo que sea, y luego otros 10 o 15 hasta que por fin saca. Es una situación complicada pero lo desafortunado es que el juez de línea siempre le da un aviso pero nunca le penaliza. Era algo que me irritaba cuando sólo había jugado contra él en cinco o seis partidos, aunque creo que ahora se da más prisa», añadió Federer volvió a subrayar la «gran rivalidad» que se ha forjado entre ambos jugadores y señaló y admitió que para Nadal debía ser «duro» no poder alcanzarle en el ránking. «Con los resultados que él tiene, no haber sido número 1, para él es increíblemente duro y duro para quienquiera que haya estado detrás de Rafa, nunca haber sido número 2», observó. El desafío ya empieza a jugarse.