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Lluc Alemany El Mallorca B dio un nuevo paso al frente en su andadura en Segunda División B ante un rival que se mostró más complicado de lo que, a priori, se esperaba de él. El Terrassa, conjunto que tan solo ha sumado 4 puntos en las trece jornadas que se llevan disputadas de campeonato, puso en serios apuros al conjunto de Jaume Bauzá y le dio una lección de dureza y de fuerza física.

Con un juego agresivo y encerrados en su campo, los pupilos de Miguel Olmo no dejaron avanzar con fluidez a los jugadores bermellones. A base de faltas y cortes del juego borraron el trabajo de Jaume Bauzá de las botas de sus jugadores, que se vieron obligados a cambiar el tradicional juego de toque, con el balón jugado por raso y con pases en horizontal, a un juego menos vistoso, más de balonazo y con pocos aciertos en los pases. Gran parte de la culpa de este cambio la tuvo la defensa visitante que, con sus faltas a Alberto, anuló la creación del juego rojillo en el medio del campo.

El Terrassa salió con más garra, sabedores de cómo parar el juego de la auténtica revelación de la categoría y durante los cinco primeros minutos encerró a los locales en su área. Pero, la superioridad del Mallorca B se notó en jugadas puntuales, como la que tuvo Xisco en el minuto 14 al saque de una falta directa que, tras tocar la barrera, rebotó mal al portero Miguel Àngel y se estrelló contra el larguero. El diez rojillo fue, además, el encargado de materializar el único gol del partido al marcar el penalti cometido por Óscar Sierra sobre Dani Castellano.

A pesar de no disponer de numerosas ocasiones para ampliar el marcador, el Mallorca B podría haber ampliado su cómputo personal al finalizar el primer tiempo, gracias a un buen disparo de Pereira que Miguel Àngel atajó con una gran parada.

La segunda parte comenzó como terminó la primera, con una gran ocasión para Pereira en el primer minuto de juego que, tras una muy buena jugada personal, consiguió que su disparo se marchase a córner.

Durante los 45 minutos restantes se vio poco fútbol y menos ocasiones. El Terrassa intentó la heroica cambiando a un central por un delantero y, ya cumplido el 90, Florián tuvo en sus botas el empate, aunque la jugada fue anulada por fuera de juego.

Al término del partido, y pese a la victoria, Jaume Bauzá se mostró decepcionado por el juego realizado porque «la mayoría de nuestros jugadores no han estado a la altura de lo que pueden estar» y consideró que debía verse «como un aprendizaje más en esta adaptación a la categoría».