La boxeadora Farah El Bousairi, en el gimnasio Motorcity de Palma. | G.E.

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A Farah El Bousairi no le gusta hablar. «A mí me gusta pegar», confiesa antes de dar una clase en el gimnasio Motorcity de Palma. La boxeadora golpea desde hace poco con una abeja tatuada en su antebrazo derecho en recuerdo de Alba Palacios, la púgil que murió en un accidente de moto en la Serra de Tramuntana en 2022. «A Alba la conocí hace unos siete u ocho años», recuerda Farah. «Es curioso porque le gustaba como boxeaba y me compró una entrada para una velada en la que yo peleaba como amateur. Así la conocí».

Alba Palacios entrenaba en el gimnasio JM Fighters y Farah en el Motorcity, pero forjaron una amistad más allá del ring. «Siempre estaba con una sonrisa, bromeando, haciendo chistes, animando. Para mí era una pieza fundamental en mi vida, era más que una amiga», explica Farah, que solo hizo sparring en una ocasión con Alba.

Alba Palacios y Farah El Bousairi, en una imagen retrospectiva.
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–¿Cómo la recuerdas como boxeadora?
–Era zurda, valiente y aguerrida. Estaba dando pasos agigantados, era luchadora en todo. Yo la llevo en el antebrazo y en mi corazón para siempre.

Detalle del tatuaje que homenajea a Alba Palacios.

Farah le ha dedicado la mayoría de sus victorias desde que Alba sufrió el accidente. «Y tengo alguna sorpresita, la voy a homenajear en mi siguiente compromiso...».