El tenista mallorquín Rafael Nadal se dispone a servir en un momento del partido de la Copa Masters que le enfrentó al serbio Novak Djokovic. | STEFAN WERMUTH

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Las cuentas están definidas en las Finales ATP y Rafael Nadal se dispone a despejar hoy la incógnita que le separa de las semifinales. Tras superar a Djokovic, el número uno del mundo ha puesto un pie y medio en la jornada de mañana en el O2 Arena de Londres, pero tampoco tiene matemáticamente asegurada su presencia en el penúltimo escalón hacia el título. Hoy (15.00/IB3) podría tener suficiente con una derrota ante un rival que exprimirá sus opciones de clasificación como Tomas Berdych. No obstante, ni la mentalidad de ambos ni las combinaciones que puede provocar el duelo Djokovic-Roddick de las 21 horas dejan margen para la especulación. Además, todos saben que terminar primero del grupo permite esquivar a Roger Federer hasta una hipotética final.

Apenas a 21 kilómetros de su último enfrentamiento, Rafael Nadal y Tomas Berdych vuelven a cruzar sus trayectorias en un momento cumbre. Justo 145 días después de que el balear conquistara por segunda vez la hierba londinense a costa del checo, las finales ATP vuelven a situarlos frente a frente por duodécima ocasión.

Dominador

El mallorquín ha salido airoso en 8 de sus 11 partidos ante el jugador que mandó callar al Telefónica Arena en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid en 2006. Precisamente aquella polémica imagen, que ya ha quedado enterrada por los dos protagonistas, se ha convertido en el último triunfo del checo sobre el mallorquín. Los precedentes entre ambos y en el propio torneo permiten acumular argumentos a favor de Nadal, que, además de la ventaja psicológica, ha evidenciado su progresión sobre la pista del O2 Arena. Después del sufrido triunfo del debut ante Andy Roddick, el pentacampeón de Roland Garros se cargó de confianza al imponerse a Djokovic. Bien es cierto que los problemas oculares del serbio facilitaron su tarea en el segundo set, pero también lo es que Nadal rindió a un buen nivel en una exigente primera manga en la que destapó su repertorio de derechas y presentó su mejor versión al servicio. Berdych, en su debut en la cita, encara el desafío con la sonrisa que le dejó su victoria sobre Roddick, aunque también lo hace con la incertidumbre del que se adentra en un territorio desconocido. Y es que Nadal, que ya ha alcanzado en dos ocasiones las semifinales del Masters, supera la experiencia de su rival en encuentros de esta envergadura.

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Ganar

El hecho de jugar el primer partido de la jornada propicia que los jugadores no estén condicionados por las cábalas y al mismo tiempo obliga a ambos a salir a la pista con una única meta: ganar. «Esto no es el calcio, nadie sale a por el 0-0 y a ver qué pasa», contestó Berdych cuando fue cuestionado con la posibilidad de especular con el resultado.

Tampoco echara mano de la calculadora Nadal. Su mentalidad se lo impide. «Siempre salgo a dar el máximo, mi objetivo es intentar ganar el partido», expresó el mallorquín pese a saber que sumar un solo set le abriría las puertas de la semifinal. Además, la victoria cobra especial importancia, ya que superar el 'round robin' sin derrotas le permite seguir optando a los 1.500 puntos y 1,2 millones de euros que las Finales ATP reservan a un campeón invicto. Y por si esto fuera poco, Nadal pujará por el primer puesto porque le permitirá eludir hasta una hipotética final a Federer, su verdugo en las dos ocasiones en las que ha accedido a semifinales.

Antes de saltar a la pista, conocerán la identidad de su rival en función de si terminan primeros o segundos de su grupo, mientras que después del duelo, Roddick sabrá si puede aferrarse a una remota posibilidad de clasificación y Nadal si tiene que animar a Djokovic o puede empezar a pensar en su rival del sábado.