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48 años después, un futbolista menorquín puede volver a vestir la camiseta del Mallorca en Primera División. La epidemia de bajas que sacude estos días al vestuario del Mallorca y la ausencia de atacantes deberían abrirle las puertas de la convocatoria a Sergi Enrich (Ciutadella, 1990), que se perfila como la gran novedad de la lista que compondrá Gregorio Manzano de cara al partido de mañana ante el Espanyol. Si el canterano debuta en Cornellà, pondrá fin a casi medio siglo de ausencia de menorquines en las filas rojillas, ya que desde José Fluvià, Pío, (temporada 1962-63) ningún otro jugador de la Isla ha ejercido como bermellón en la primera planta del fútbol español.

Sergi Enrich está a punto de cumplir el primer gran sueño de su vida deportiva. Convertido desde hace meses en el faro de la cantera mallorquinista, el ciutadellenc ya ha realizado una pretemporada con la primera plantilla y se ha estrenado en algún que otro partido amistoso, aunque hasta ahora no ha tenido la oportunidad de destaparse en una cita oficial. Sin embargo, las circunstancias podrían brindarle una oportunidad única. Manzano, que no puede contar este fin de semana con tres de sus cuatro arietes (Aduriz, Víctor y Webó), necesita un punta que acompañe a Keita en la expedición y el jugador del filial es su hombre. «Mañana (hoy) lo decidiré, pero ha entrenado toda la semana con nosotros y tiene cosas que no tenemos», explicaba ayer el técnico jienense. «Fija a los centrales, juega bien de espaldas, va bien de cabeza y trabaja mucho. Tiene que seguir madurando y creciendo como jugador, pero ojalá en el futuro podamos tener en él a un futbolista del primer equipo», argumentaba.

Hasta el momento, sólo otros dos menorquines han desfilado con el Mallorca sobre la pasarela de Primera. Antes del mencionado Pío, que disputó ocho encuentros como barralet antes de marcharse al Hércules, lo hizo Diego Llopis, que jugó un año con el club de Ciutat en la elite durante la campaña 1960-61. La nómina menorquina la completan Pancho Marqués y José Llambías, Boy, aunque ninguno de estos dos llegó a estrenarse de rojo en la máxima categoría.