SM el Rey en la conferencia de presidentes autónomos, ayer en Madrid.

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La IV Conferencia de Presidentes convocada por el Gobierno para consensuar medidas contra la crisis acabó ayer sin acuerdo y con duros reproches del Ejecutivo al PP, debido a la negativa de las autonomías gobernadas por los 'populares' a hacerse corresponsables de las políticas económicas y de empleo.
Tras más de once horas de negociaciones infructuosas, el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó a los presidentes 'populares' de «lavarse las manos» por «interés partidista» y aseguró que les hace falta «más lealtad y madurez institucional con España».
El Gobierno, que estuvo representado en la reunión por Zapatero y los tres vicepresidentes -María Teresa Fernández de la Vega, Elena Salgado y Manuel Chaves- intentó sin éxito diseñar un documento que incluyera la mayoría de las propuestas del PP para lograr su apoyo.
Sin la mayoría necesaria
Pero los ocho presidentes 'populares' opateron por abstenerse y no se consiguió que dos tercios de los asistentes apoyaran el documento, requisito necesario para considerarlo aprobado.
Según Zapatero, se incorporó el 80% de las medidas del PP en materia de economía, empleo y agricultura, y ha sido «triste y lamentable» que los presidentes 'populares' hayan carecido de «altura política» para secundarlo.
A pesar de la falta de acuerdo, Zapatero hizo suyo ese documento y se comprometió a poner en práctica sus medidas «hasta las últimas consecuencias», desde las reformas laborales -que presentará en enero a los agentes sociales-, hasta la reducción del déficit público, la liberalización de los servicios, el impulso a la política industrial o la modernización de la Administración.
A su juicio, lograr un acuerdo no era cuestión de una hora o un día más de negociación, sino de «voluntad política, de capacidad de comprometerse y responsabilizarse con los problemas del país», pero los presidentes del PP han optado por decir «no me sumo al compromiso, no quiero esa responsabilidad», «yo no me mojo». «Lo único que sabemos es que ahora hay una serie de presidentes que se han lavado las manos», recalcó.
El presidente lamentó el desacuerdo afirmando que «las cosas salen mejor» si Gobierno y comunidades trabajan juntas y aseguró que la Conferencia de Presidentes no es sólo suya o del Gobierno, ni «para que ganen o pierdan los gobiernos de las comunidades autónomas», o el PSOE o el PP, sino «para que ganen los españoles».
«Madurez institucional»
Zapatero quiso confiar, al menos, en que cuando la Conferencia de Presidentes vaya ganando «madurez» como institución también sus participantes ganen en «madurez institucional» y no acudan a ella «con una etiqueta o un carnet», sino a trabajar «en los grandes temas».
Como Zapatero, los presidentes de las comunidades gobernadas por los socialistas criticaron que el PP haya antepuesto las «consignas» de su partido al interés general en una reunión en la que también participaron los máximos responsables de la CEOE, CEPYME, UGT y CCOO.
Sólo fue posible el acuerdo en dos cortas declaraciones sobre las medidas diseñadas para luchar contra la violencia de genero y para respaldar las prioridades de la presidencia española de la UE, que comienza el 1 de enero.