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Los tranvías están regresando a las calles de las ciudades tanto de España como en Europa. Palma no se queda atrás en este fenómeno y se suma a esta corriente. De hecho, hace años que se habla de la idoneidad de poner en marcha un tranvía por la bahía de Palma, aunque es ahora cuando el proyecto toma forma, y si todo va bien, a partir de verano de 2011, se podrían licitar las obras y entrar en funcionamiento a finales de 2013.

En Ciutat, como en otras ciudades, se da la paradoja de que recupera un medio de transporte que recorrió sus calles entre el siglo XIX y XX. En Europa había cerca de 2.000 sistemas tranviarios y el 90 por ciento de ellos cerraron entre los años 1930 y 1980. Ahora, por contra, se revela como un sistema de transporte con un elevado nivel de eficiencia energética que lo convierte en el más ecológico, «lo que ha determinado en pocos años un crecimiento exponencial de los tranvías», según pone de manifiesto Carles Salmerón i Bosch, en su libro «Tranvías de España. La nueva movilidad urbana».

El Estado español es, junto con Francia, uno de los países europeos donde se hace más patente el retorno de los tranvías. Sólo en 2007 se inauguraron siete nueve redes de tranvías y todavía son más los proyectos en numerosas capitales provinciales o comarcales. El principal problema de las nuevas líneas, según expone Salmerón, son los largos trámites para tirar adelante un proyecto que impone la legislación y los traslados de servicios afectados (agua, gas, electricidad y telecomunicaciones) «a causa de la arcaica planificación urbana de muchas ciudades».

Tras una ausencia de más de tres décadas, actualmente ya funcionan 17 sistemas tranviarios diferentes ciudades de España. Destacan las grandes redes de Barcelona, Valencia o País Vasco, o las líneas suburbanas de gran capacidad como las de Alicante y Tenerife, o las pequeñas redes locales como las de Parla y Vélez-Málaga, sin olvidar las líneas de tipo clásico como el tranvía de Sóller o el Tramvia Blau de Barcelona.

Y los nuevos proyectos son numerosos. En Barcelona, que ya cuenta con dos grandes líneas tranviarias, se proyecta el Tramlitoral, desde el Fórum a la zona del puerto y una prolongación desde Ciutadella hasta Drassanes, que serviría a todo el frente marítimo. También se prevé la unión de las dos líneas ya existentes a través de la Diagonal.

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Proyectos
La nueva red de tranvía de Valencia tiene 20'7 kilómetros, pero esta cifra crecerá en los próximos años hasta los 200 kilómetros con construcción de nuevas líneas que combinarán el metro y el tranvía, según consta en su plan de infraestructuras. En esta comunidad destaca la red de tranvías de Alicante, donde comenzó a funcionar la primera red del 'tram-tren' (en la Isla denominado 'tren-tram') de todo el Estado y que se quiere implantar en la línea Manacor-Àrta. En Manacor funcionará como un tranvía y en el resto del trazado, como un tren urbano. El Ajuntament se ha opuesto rotundamente a este proyecto por la división del municipio que podría provocar el tranvía, aunque la intención del pacto del Govern es seguir adelante con este proyecto.

En Andalucía, Granada, Málaga, Sevilla y Cádiz, también disponen de redes de tranvía y la Junta de Andalucía ya ha diseñado otros proyectos para Almería, Córdoba, Jerez de la Frontera y Huelva.

Asimismo, en el País Vasco, Bilbao y Vitoria disfrutan de unas líneas de tranvía inauguradas ya iniciado el siglo XXI y hay diferentes proyectos para ampliar el trazado. Igualmente, en Galicia, se reimplantó el tranvía en A Coruña y existen proyectos de 'tram-tren' en diferentes ciudades. Finalmente, en Murcia y Canarias también disfrutan de este sistema de transporte, y en Zaragoza y León ya hay estudios de viabilidad que avalan su puesta en marcha.

Los nuevos tranvías tienen una imagen muy diferente del clásico. Las líneas han sufrido una importante renovación, y como puede observase en Sevilla contrasta el moderno tranvía circulando al lado de la catedral. «El retorno de los tranvías se inscribe dentro de un movimiento más amplio de modelo de sociedad», concluye Salmerón.