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Un peligroso delincuente magrebí ha sido detenido por la Policía Local de Palma, que lo estaba buscando por desfigurar el rostro a un mallorquín de 40 años en la Plaza Coll. Cuando Younes T., de 31 años, fue interceptado de madrugada en el Paseo Marítimo intentó apuñalar por la espalda a un agente. La providencial intervención de un funcionario frustró sus planes.

La primera agresión, la de Plaza Coll, ocurrió hace dos semanas y la víctima tuvo que ser atendida en un centro médico de lesiones faciales graves. En aquella ocasión, el 092 buscó al agresor, pero no lo localizó. Se trataba de un magrebí de baja estatura, con gafas graduadas, delgado, rapado y con cicatrices en el estómago.

El pasado día 23, de madrugada, se registró un incidente en un conocido local nocturno del Paseo Marítimo. Los porteros impidieron la entrada de un individuo con actitud desafiante y que se encontraba bajo los efectos de sustancias estupefacientes. El sujeto no quería marcharse y cuando una unidad del 092 compareció en el bar, comenzó a insultar a los porteros con gritos de «mariconazos».

Al final, sin embargo, se alejó del lugar y los funcionarios, que no lo detuvieron porque nadie lo había denunciado, comprobaron que se introducía en otro local. En esos momentos, los funcionarios no sabían que se trataba del fugitivo de la Plaza Coll, pero horas después volvieron a tener noticias del pendenciero. En el segundo bar donde había acudido se había producido el robo de un bolso de una joven y el ladrón se había dado a la fuga en dirección al hotel Meliá Victoria.

A la altura del número 17 de la calle Joan Miró fue sorprendido por los agentes de la Policía Local. Policías de la Unidad de Intervención Inmediata (UII) se sumaron al operativo y localizaron el bolso de la joven en la calle Lluís Fàbregas, donde supuestamente el delincuente lo arrojó. Poco después, Younes fue cacheado porque los agentes tenían la certeza de que se había apoderado del teléfono móvil y del dinero de la clienta del segundo bar.

Fue en ese momento cuando el sospechoso extrajo un Nokia y un billete de 20 euros, en una mano, y con la otra, disimuladamente, una navaja de unos cinco centímetros de hoja. El policía que se disponía a recoger el móvil no advirtió el arma blanca, pero afortunadamente un segundo UII, que estaba al lado, presenció la maniobra y se abalanzó sobre el magrebí justo en el momento en el que intentaba apuñalar al compañero. Segundos después se entabló una trifulca entre el delincuente y los policías, que tuvieron que utilizar la fuerza estrictamente necesaria para reducirlo.