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China pidió ayer a Estados Unidos que cancele la propuesta de venta de armas a Taiwán formulada ante el Congreso por la Administración Obama, una decisión «equivocada» ante la que Pekín ha respondido suspendiendo la cooperación militar y estratégica con Washington y amenazando con imponer sanciones a todas las empresas estadounidenses que vendan armas a la isla, sobre la que China mantiene una proclama de soberanía.
La respuesta china implica la suspensión de los intercambios de visitas de cargos militares entre ambos países. «Hemos tomado la decisión en vista al grave perjuicio que supone la venta de armas de EEUU a Taiwán», indicó un portavoz del Ministerio de Defensa chino, Huang Xueping.

Llamada al embajador

En este sentido, China ha convocado al embajador estadounidense, Jon Huntsman, al que ha solicitado la cancelación inmediata de la venta, estimada en 6.400 millones de dólares, ya que podría comportar «consecuencias que nadie desea», según hizo saber posteriormente el viceministro de Exteriores, He Jafei.
El Gobierno chino también ha convocado al agregado de Defensa de la misión diplomática estadounidense para transmitirle su «solemne protesta» por el anuncio de la venta y para hacerle saber que las autoridades de Pekín han ordenado la cancelación de todos los programas de visitas militares bilaterales y el aplazamiento de la próxima reunión estratégica prevista con Washington.
«Estados Unidos está tomando la decisión equivocada a pesar de las repetidas protestas de China», señaló un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores citado por la agencia rusa RIA Novosti. Por su parte, y tras la reunión con Huntsman, el viceministro He aseguró que la venta podría acarrear «consecuencias que ninguna de ambas partes desea».
«El Ejército chino manifiesta su grave indignación y condena duramente esta medida que supone una injerencia flagrante en los asuntos internos de China y perjudica los intereses de la seguridad nacional de China», afirmó el director de la Oficina de Asuntos Exteriores.