El Lehendakari, Imanol Pradales, se ha comprometido con la sostenibilidad del sistema público vasco a medio y largo plazo, pero ha rechazado el «intervencionismo a ultranza» que algunos pretenden, aunque intenten ocultarlo, al abogar por que «todo sea público y lo público ocupe todos los espacios».
Además, ha advertido de que la demagocia y el populismo ganan respaldo social, y la tensión en el Estado es ya «insoportable», porque incluso los partidos tradicionales «incorporan a su ideario posiciones frentistas», y ha abogado por «el diálogo, la negociación y búsqueda de acuerdos».
Durante su participación en el Foro Expectativas Económicas en el Euskalduna Bilbao, organizado por El Correo, Pradales ha recordado que se viven «tiempos de gran incertidumbre pero también tiempos de oportunidad que marcarán el futuro».
A su juicio, para abordar el futuro de Euskadi se deben aparcar las diferencias para explorar «aquello que nos une, de dialogar para labrar pactos y consensos». «Lo estamos haciendo en la Mesa de Salud o el Pacto Social para la Vivienda, en el diálogo abierto para aprobar los presupuestos o encarar la reforma fiscal. Es un ejercicio imprescindible en una democracia representativa y abierta», ha indicado.
Tras asegurar que cree «en el valor de lo público y de la política» y que el modelo institucional «debe procurar un equilibrio justo entre lo público y la iniciativa privada, entre lo público y la iniciativa social», ha defendido «una Administración que no lo controle todo, que no ahogue, que no ocupe todo el espacio de nuestra sociedad».
Por ello, se ha comprometido con «la sostenibilidad del sistema público a medio y largo plazo». «No todos los partidos políticos defendemos y garantizamos lo mismo. Lo estamos viendo en estos momentos de crecimiento económico. Las haciendas están recaudando más. Esto permite cumplir los objetivos marcados y crecer de forma sostenida. Pero esta realidad puede cambiar, y debemos tenerlo previsto», ha alertado.
En su opinión, «no todas las políticas son iguales», y ha censurado los discursos en Euskadi que abogan «por que todo sea público y lo público ocupe todos los espacios». «Sin explicitarlo ocultan el intervencionismo a ultranza. No lo comparto», ha asegurado.
Para el Lehendakari, «la respuesta a los problemas y retos» de país no «pasan siempre por responder desde la Administración, sin límites y de manera indefinida». «No comparto el recurso al endeudamiento para gasto corriente porque compromete recursos públicos sin límite e hipoteca el futuro de las nuevas generaciones. No debemos cruzar esa línea», ha explicado.
De esta forma, ha llamado a aplicar «el rigor en la gestión y garantizar la solvencia en el gasto y la inversión pública», y ha apostado por «ahorrar para poder invertir mañana, cuando la situación pueda no ser tan favorable».
«Tengo experiencia institucional y no creo en la política de 'a más a más', siempre 'más dinero público'. Es pan para hoy y hambre para mañana. Seamos claros: los recursos son finitos. No llega para todo. Debemos priorizar y elegir muy bien en qué cestas poner los huevos para nuestro bienestar presente y futuro. Mi visión de la gestión pública pasa por identificar los problemas y necesidades a través de la escucha activa, por compartir un diagnóstico y aplicar soluciones a través del diálogo y la colaboración», ha señalado.
Mesa de salud
Imanol Pradales ha subrayado que un ejemplo es la Mesa de Salud: «aceptar compartir soluciones con todos los partidos políticos, sindicatos, colegios profesionales, asociaciones de usuarios o Universidades».
Otro ejemplo al que ha recurrido es el del Pacto social por la vivienda: «aceptar que este problema está afectando a la emancipación de la juventud y a las clases medias, que debemos buscar nuevas iniciativas e incentivos que den respuesta a la demanda». Asimismo, ha citado «la corresponsabilidad en la gestión de la migración» o el Pacto que ha planteado «para el ejercicio ejemplar de la política en Euskadi».
Las olas antidemocráticas y discursos ultra
«Por desgracia, no vivimos el clima más adecuado para acometer aquello para lo que fuimos elegidos: trabajar juntas y juntos para mejorar la calidad de vida y bienestar de las personas. El escenario global tampoco ayuda. Cobra fuerza el mundo de bloques. Las olas antidemocráticas, los discursos ultra, xenófobos y antieuropeos han irrumpido con una fuerza que no preveíamos», ha manifestado.
Según ha alertado, «la demagogia y el populismo ganan respaldo popular», y el problema se acrecienta porque los partidos políticos tradicionales «incorporan a su ideario posiciones frentistas y radicales hasta ahora desconocidas». «Estos discursos ganan espacios en las redes sociales o comentarios en los medios de comunicación, donde campan a sus anchas», ha añadido.
Pradales ha avisado de que esto tiene efecto entre las generaciones más jóvenes para el «descrédito de las instituciones públicas y la acción política». «Alimentan de manera premeditada un malestar hacia un sistema, que ni puede correr tanto como le gustaría, ni ofrecer soluciones de la noche a la mañana», ha remarcado.
En su opinión, esto es «imposible» porque los problemas complejos que se enfrentan «no se solucionan con respuestas simples», y lamenta que exista «un trasfondo de cuestionamiento de la propia democracia».
Encuentro con sánchez
El Lehendakari ha subrayado que hace diez días se reunió con el presidente Pedro Sánchez y compartió esta preocupación. «La confrontación y tensión política en el Estado es insoportable. La sociedad observa con incredulidad un espectáculo que ni entiende ni comparte. No se trata de buscar culpables, se trata ofrecer soluciones. De dialogar, negociar y buscar acuerdos. Cada uno debe poner de su parte», ha manifestado.
En este contexto, ha destacado que, por eso, su agenda de trabajo con el Gobierno español «incorpora planteamientos sobre necesidades concretas y urgentes». En primer lugar, se ha referido a la propuesta para el traspaso de Salvamento Marítimo, Meteorología, Autorizaciones de Trabajo para personas extranjeras o el CNVM de Barakaldo en el corto plazo; y todas las competencias pendientes en el medio plazo a fin de culminar el Estatuto.
También ha citado la "corresponsabilidad en materia de migración, la participación directa en la gestión de los Fondos europeos, apoyo a la economía productiva y la industria, colaboración en la gestión de suelo público para la construcción de vivienda pública, gestión de las plazas MIR para paliar el déficit de profesionales médicos, medidas para garantizar el arraigo de las empresas, como Talgo; apoyo a la descarbonización de la industria vasca y redes eléctricas, o impulso a la Macrorregión Atlántica.
Aunque «pueden parecer lejanas a los problemas cotidianos», ha considerado que garantizan las condiciones de bienestar y calidad de vida« de los vascos. »El problema es que en Europa y en Estados Unidos, vemos una tentación centralizadora que pretende ofrecer una respuesta unívoca a todos los problemas. Es la antigua concepción jacobina o imperialista, con capitales totales que lo controlan todo y ahogan a la periferia", ha criticado.
Ante ello, ha asegurado que su visión «es la contraria» porque no cree en la concentración de poder. «Creo en un sistema de 'check and balance', un modelo de gobernanza multinivel en el que las diferentes instituciones garantizan un adecuado equilibrio, distribución y control del poder. En Euskadi, nuestra arquitectura institucional y modelo de autogobierno nos han permitido construir un estado de bienestar que funciona. También en Europa debemos profundizar en este modelo», ha indicado.
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