Imagen de la misa funeral en la Catedral de València por las víctimas de la dana | JORGE GIL/EUROPA PRESS

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El Arzobispo de València, Enrique Benavent, ha recalcado en su homilía en la misa funeral por las víctimas de la dana del pasado 29 de octubre que la Iglesia, como institución afectada, «no puede ser indiferente ante el sufrimiento» y ha llamado a «unir fuerzas en favor de los más golpeados por la tragedia» para superar «juntos» esta situación y afrontar «el futuro con esperanza».

Al inicio de la eucaristía, celebrada en la Catedral de València, el Arzobispo ha agradecido la asistencia de los familiares de las víctimas, así como de las autoridades presentes, entre ellos los Reyes de España. «Un saludo muy especial a las familias de todos aquellos que han sufrido, a los familiares de los desaparecidos y a todos los que, de una manera o de otra, están sufriendo las consecuencias», ha expresado.

«Nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía con ocasión de las inundaciones que hemos vivido en distintas comarcas de nuestra archidiócesis con una única finalidad: orar por los difuntos pidiendo a Dios que lleguen a contemplar la belleza de su gloria y por los desaparecidos para que todos, especialmente sus familias, lleguemos pronto a conocer con certeza su situación y escuchar juntos la Palabra de Dios, que nos ilumina de manera especial en situaciones tan difíciles como las que estamos viviendo», ha expuesto.

En este «momento de oración», el arzobispo ha manifestado que la Iglesia quiere «unirse al dolor que estáis viviendo las familias por el fallecimiento de vuestros seres queridos o por la incertidumbre en el caso de los desaparecidos que no han sido localizados».

«No queremos olvidar a los que, de un modo u otro, se han visto afectados por estos acontecimientos: los que han visto afectados su trabajo, quienes no tienen donde vivir dignamente, niños y jóvenes que han visto interrumpido su proceso edicativo y todos aquellos que sufren las consecuencias de las inundaciones», ha continuado.

Carácter "estrictamente eclesial"

En esta línea, ha recalcado que esta celebración tiene «un carácter estrictamente eclesial», dado que la Iglesia como institución «ha sufrido las consecuencias» de la dana. «Personas que participaban en la vida de nuestras parroquias o que compartían fe son víctimas de esta tragedia, la vida de nuestras parroquias se ha visto alterada, al igual que la vida de nuestros pueblos y ciudades».

«Todos hemos compartido una misma experiencia y a todos los queremos incluir en nuestra oración», ha asegurado Benavent, que ha subrayado que no han «pretendido hacer otra cosa» al convocar esta misa. «Hemos querido manifestar que compartimos el sufrimiento de todos, queremos estar cerca de todos y queremos orar por todos», ha declarado.

Por ello, ha subrayado: «Como Iglesia, no podemos ser indiferentes ante el sufrimiento y estamos llamados a ofrecer a todos el consuelo de Cristo. Cuando he visitado las localidades afectadas, he percibido la tristeza de las miradas, el dolor y el sufrimiento de muchas personas, y ante esto no podemos quedar indiferentes».

"continuaremos ayudando mientras sea necesario"

Así, ha valorado que la Iglesia «ha querido acompañar a todos y ayudar en medida de nuestras posibilidades». «Lo hemos querido hacer y lo continuaremos haciendo mientras sea necesario». No obstante, ha reconocido que, «a menudo», los gestos y palabras «no bastan»: «Hay dolores que no podemos curar, en muchos momentos nos ecnontramos con personas que no podemos liberarlas de su cruz, y en estos casos únicamente podemos ayudarlas a llevarla».

Ahora, y ante un «tiempo de esperanza» como el Adviento, ha asegurado que precisamente la esperanza «debe iluminar nuestra vida, incluso en los momentos más difíciles». «Sabemos que el dolor nunca tiene la última palabra», ha indicado.

Pese a ello, ha valorado que en los «acontecimientos tan dramáticos» vividos en las últimas semanas «hemos visto muchos signos de esperanza, muchas personas que han fortalecido las manos débiles» que han «puesto gestos de alegría en medio de tanto sufrimiento».

Ejemplos de solidaridad

«Hemos sido una experiencia de solidaridad que ha sacado a la luz lo mejor que hay en el corazón del ser humano. Ha habido personas que, en las horas más dramáticas, han arriesgado su vida para salvar la de los demás. Hemos visto la solidaridad de asociaciones e instituciones, entre las que hay mencionar a la Iglesia, que ha ofrecido locales e instalaciones para acoger a los afectados y ofrecerles lo que necesitaban», ha expuesto.

Como ejemplo de estos testimonios ha destacado a los «miles» de voluntarios que se han desplazado hasta las localidades afectadas por la dana, «muchos de ellos jóvenes», y ha alabado la «profesionalidad» de los cuerpos de seguridad y de los «servidores públicos de toda España que no se han limitado a hacer su trabajo, sino que lo han hecho con espíritu de servicio y entrega». «Todo esto --ha resaltado-- es una manera de acercarse a todos los que están sufriendo para aliviar en lo posible su dolor y para sembrar esperanzas en su corazón».

A todos ellos, ha manifestado Benavent, «no solo hemos de agradecerles lo que han hecho», sino que lo más importante es «lo que nos han enseñado y todos deberíamos aprender: que la auténtica solidaridad es la de aquellos que ponen a las personas que sufren en el centro de su acción y se olvidan de sí mismos y de sus intereses». «Una solidaridad cristiana es una solidaridad desinteresada», ha aseverado.

Apela a la unidad

Finalmente, el Arzobispo de Valencia ha apelado a la unidad para superar la situación: «El sufrimiento se superará si juntos somos capaces de ponernos en pie, de mirar al futuro con esperanza, de unir nuestras fuerzas en favor de los más golpeados por la tragedia».

Para conseguir este fin, ha pedido que «las dificultades no nos lleven a caer en la insolidaridad, que las diferencias no lleguen a convertirse en divisiones, que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados y que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común».

Porque, según ha sostenido, «solo así podremos mirar al futuro con esperanza, solo así nos podremos levantar». «Este debería ser un fruto en el corazón de todos los que os habéis querido sumar a esta celebración», ha destacado.

Finalmente, ha llamado a todos los afectados por la dana a que tengan «la certeza de que Dios no ha dejado de quererles y que no han sido abandonados por él» y ha invocado, en valenciano, al igual que parte de su homilía, a la «protección materna» de la Mare de Déu dels Desemparats, patrona de València: «Es la que hoy está más cerca de todos los que sufren».