TW
0

Desde el taxi, observo con admiración el urbanismo y la arquitectura de Berlín. Sólo es un barrio obrero, pero sus amplias avenidas, zonas verdes y sobrios edificios de arquitectura moderna, despiertan en mi gran admiración y envidia. Es la antítesis del caos y el taxista lo corrobora sonriente: «En Alemania la organización es como una religión».

Organizar exige calcular con frialdad, pensar de forma reticular. Hallar la «X» o colocar las notas sobre el pentagrama son fruto de esa actividad cognitiva controlada. Como lo es el trazado de la ciudad de Berlín o la música clásica alemana. ¿Es la pasión la religión española? De los tópicos conviene desconfiar, pero no ignorarlos. Debe haber algo de pasional en nuestro carácter, como lo hay en nuestra música, con ese flamenco que nace de las entrañas o la rumba del frenesí. No es malo, sólo hay que saber aprovecharlo. Quizás ahí reside el éxito de la Capella Mallorquina, dirigida por José María Moreno con la disciplina de los alemanes pero sin su frialdad. «Las corales de aquí buscan la perfección pero les falta nuestra pasión», explica una veterana de la agrupación coral. Horas antes de subirse al escenario de la plaza berlinesa de Gendarmenmarkt se podía palpar el espíritu de la Capella Mallorquina. Era el momento de calentar la voz y José María Moreno ponía orden, gritaba y hasta se enfadaba con los miembros de su coral. Pero segundos después todos se reían sin apenas contención, incluido el director. La agrupación aúna ese sano equilibrio entre el orden y el caos, que también la distingue.

Llegado el momento del concierto celebrado el pasado viernes, la lluvia, que había amainado por la tarde, regresó con toda su fuerza para empapar la ciudad. Pero ni siquiera eso pudo aguar la fiesta. Cerca de cuatro mil espectadores se acercaron a la monumental plaza berlinesa para disfrutar con chubasqueros y paraguas de la gala Viva l´Opera, impulsada por los responsables del Festival Música Mallorca. Con el Konzerthaus, sede de la Sinfónica de Berlín, como telón de fondo, la Capella Mallorquina cantó y convenció al público germano, al arropar con calidez y emoción la música de la Berliner Symphoniker y las voces de dos solistas de altura, la soprano Barbara Krieger y el tenor Roberto Alagna. Será con estos aliados de lujo con quienes la coral intente repetir éxito hoy en el Palacio de Congresos de Hamburgo.