Dolores Talavera, Eaktai Ahn y sus hijas Elena, Ana y Leonor, vestidas de coreanas, en una imagen tomada en Palma.

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Una estantería llena de recuerdos, un vídeo y su música de fondo recordarán al maestro Eaktai Ahn, –director de la primera orquesta sinfónica de Mallorca–, en la casa en la que vivió junto a su familia en Palma, desde su llegada a la Isla, en 1947, hasta su fallecimiento, en 1965.

El próximo día 15, Park Hee-kwon, embajador de Corea del Sur en España, país natal del músico y compositor, inaugurará la puesta a punto del inmueble, lugar de visita obligada para muchos coreanos que viajan a España. Lo cuenta su hija menor, Leonor Ahn, depositaria del legado de quien fue el autor del himno de Corea del Sur, donde está enterrado desde 1977 y donde objetos como su batuta o su piano se exhiben en el museo nacional de Seúl: «Le han dedicado una sala».

Personaje muy querido en su país, del que salió a estudiar música cuando tenía 17 años y viajó por todo el mundo, su memoria se venera hasta el punto de que muchos coreanos viajan a Mallorca tras sus huellas. «Vienen a la casa, cantan el himno, se emocionan, visitan el monumento a su memoria en el Born, hacen algo de shopping y se van».

Convertido en un reclamo turístico para sus conciudadanos, que «no quieren sol», las «agencias de viaje coreanas están pensando en prepararles un recorrido por los lugares de la Part Forana que más gustaban a mi padre, como Valldemossa, donde acudía a La Posada del Artista y se reunía con Els Valldemossa, o visitaba a los Cilimingras; también Sa Foradada y Sóller». Abrir una línea directa de Seúl a Palma es otro proyecto, cuenta la hija menor del maestro, quien recibe a los visitantes.

«Todo surgió de manera muy natural, a ellos les encanta conocer su vida y yo pasé mucho tiempo con mi madre oyéndole contar cosas sobre mi padre, una persona de gran calidad humana, humilde, sencillo, decía que la música le caía del cielo y él era un canal para transmitirla». Según Leonor, «fue generoso con su arte, con la enseñanza, rescató a los compositores mallorquines, como Torrandell, y se hizo con la afición» de la Isla, que no le ha olvidado.