Son las principales conclusiones de la reunión organizada en Barcelona por el departamento de Cultura y Patrimonio del Consell de Mallorca, junto con las universidades de Baleares, Barcelona y Cádiz para analizar la situación del yacimiento subacuático y diseñar una hoja de ruta para los próximos meses, ha informado la institución mallorquina en un comunicado.
El barco hundido, de época tardorromana, fue hallado por un vecino en la Bahía de Palma, a unos 100 metros de la playa, en el verano de 2019, y fue excavado entre noviembre de 2021 y febrero de 2022. El pecio de Ses Fontanelles está considerado uno de los barcos hundidos más importantes del Mediteráneo porque conservaba 300 ánforas y piezas arqueológicas excepcionales.
El Consell de Mallorca ha reunido este lunes en Barcelona al comité técnico de expertos para su extracción.
Durante la jornada, los especialistas han compartido diferentes experiencias de extracciones y excavaciones en pecios con condiciones similares al de Ses Fontanelles, como el del Marausa II, un pecio siciliano cuyo caso ha explicado el arqueólogo italiano Roberto La Rocca.
El principal reto del comité técnico de expertos que trabaja en el proyecto de extracción y conservación de Ses Fontanelles es la falta de quilla del barco, que sorprendió a los investigadores cuando se descubrió en la campaña de excavaciones que se llevó a cabo el pasado abril y que supone la posibilidad de sacar el pecio en dos grandes bloques, en lugar de entero como se planeó inicialmente.
La falta de este elemento del barco sorprendió al equipo técnico de las excavaciones, dado el buen estado de la madera.
El comité de expertos ha ratificado la pertinencia de la extracción del barco, ya que "de la misma manera que apareció con un temporal, puede desaparecer por el mismo motivo cualquier día", ha explicado uno de los directores del comité, Miquel Àngel Cau-Ontiveros.
La extracción debe hacerse con el menor número de piezas posible y deberá definirse en un proyecto de extracción, junto a la metodología a seguir, en la que el equipo comenzará a trabajar para proponer una nueva opción en los próximos meses.
Finalmente, los expertos han apuntado que el proceso de conservación posterior a la extracción deberá hacerse con polietilenglicol o con cauramina: se decidirá cuál es la opción más favorable una vez la madera esté en el laboratorio y se pueda realizar un diagnóstico de su estado real.
Los arqueólogos Miquel Àngel Cau-Ontiveros, Darío Bernal-Cassola y Enrique García lideran el equipo técnico que está formado además por el investigador Carlos de Juan; los conservadores Luis Carlos Zambrano y Elisa Fernández; los arqueólogos Sebastià Munar, Roberto La Rocca y Xim Gual de Torrella, y el ingeniero de Ports IB José Ramón García Ledesma.
Además, el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) ha participado por primera vez también en la reunión y ha manifestado su voluntad de colaborar en el proyecto de extracción y conservación, poniendo a disposición sus recursos.
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