Miquel Àngel Cañellas posa con su nuevo poemario, 'Quadern de Quaresma' (El Gall Editor). | M. À. Cañellas

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«Concibo la poesía como una herramienta para buscar alguna forma de verdad; para tratar de extraer luz donde no la hay», afirma Miquel Àngel Lladó (Palma, 1958), que precisamente acaba de publicar Quadern de Quaresma (El Gall): una suerte de cuaresma autoimpuesta e íntima que se materializa en forma de libro de poemas. El volumen, que incluye textos de Maria Magdalena Gelabert i Miró y de Pere Amengual, se presentará este miércoles a las 19.00 horas en la Biblioteca Can Sales de Palma junto a Rosa Planas. A modo de clausura, habrá un pequeño concierto a cargo de Denis Gridchin Jazz Project.

«Lo pi de Formentor de Miquel Costa i Llobera trasciende lo cotidiano para alcanzar la categoría de lo universal. En este caso, me basé en la cuaresma religiosa o cristiana, pero la ubiqué en unos momentos difíciles: el año de pandemia. Me propuse como penitencia escribir un poema cada día de la cuaresma», explica el autor que, puntualiza, no considera un poemario «necesariamente religioso», aunque reconoce que «la gran mayoría de poemas tienen un trasfondo de contención y espiritualidad».

De esta manera, Lladó se propuso el reto de escribir a diario, inspirándose en la cotidianidad. «Había días en que no sabía qué escribir, pero siempre encontraba alguna anécdota, persona o referente para resaltar valores que, al fin y al cabo, nos identifican y que son parte de la condición humana, como el amor, ya sea a través de la familia, la pareja, los amigos o incluso entre vecinos», aclara. Y todo ello, continúa, transita a través de la cuaresma que guarda toda una simbología que va más allá de la cultura judeocristiana y remite, por ejemplo, al periodo durante el cual una madre se recupera del parto o el que necesita un enfermo para curarse. «Más allá de las creencias de cada uno, Jesucristo es un personaje de múltiples referencias literarias y religiosas que trasciende a las creencias de cada uno», señala.

En definitiva, Quadern de Quaresma recoge «poemas que invitan a reflexionar sobre el entorno, nuestra cotidianidad, empapados por la contención de la cuaresma que, aunque se suele asociar a la austeridad o a privaciones, también puede contribuir a llegar a la esencia de algo». En este sentido, explica que «el binomio Covid y cuaresma me brindó un aislamiento que me permitió una mirada espiritual de las pequeñas cosas que dan sentido a la existencia; hablan del hecho cotidiano unido a la búsqueda de la trascendencia».