El nuevo disco de Bruno Sotos, su lado más íntimo y mediterráneo. | Pilar Pellicer
Han pasado ya casi ocho años desde que Bruno Sotos saltara a la fama nacional tras convertirse en el chico que hizo llorar a Risto Mejide con una preciosa canción sobre el fallecimiento de su padre, emotivamente interpretada en Got Talent. Casi una década después, con dos discos a sus espaldas, varias giras por México y acompañado por su hijo Àngel, el cantautor andritxol presentó ayer en el Espai Xocolat de Palma su próximo álbum, cuyo título, El chico de Andratx, lo dice todo. «Este es mi disco más personal y con él he querido volver a mis orígenes. La mayoría de las canciones están compuestas en verano, en calas en las que busco la inspiración, y hablan de mis vivencias y de lo que me rodea», explicó Sotos, flanqueado por Miquel Àngel Sancho, responsable de Blau Produccions, y Juanito Makandé, productor de la mayor parte de las canciones del álbum.
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