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No descubro nada si comento el reciente anuncio del Govern y su Plan de Industria de las Illes Balears 2018-2025. Dicen que cada uno habla de la feria según le va y desde Eivissa eso de hablar de industria, pese a que “también” tenemos (algo), como que nos pilla un poco lejos. Por ello mi opinión tiene un claro sesgo pitiuso…

En una política que funciona a golpe de tuits y titulares -de derecha a izquierda y de izquierda a derecha-, eso de decir que vas a invertir 105 millones de euros, aunque sea en 8 años y sin concretar mucho el destino o de las buenas intenciones, como que gusta. Decir que se van a crear 3.000 empleos también gusta…

Pero empezando por el final y en relación a eso de “crear empleos”…, pero empleos de verdad, recordar que los que los crean son las empresas, qué le vamos a hacer, mediante su actitud (llámala) “egoísta” de querer satisfacer las necesidades de un mercado que demanda sus productos. Las que no tienen esa vocación duran poco. Por ello me fastidia un poco intentar nuevamente vender esa idea de que son las administraciones las que crean puestos de trabajo y/o de que un puesto creado por la administración es bueno y ningunear los que se crean desde la empresa privada. Los medios de comunicación suelen publicar noticias cuando una empresa “despide” y nunca se hace famosa cuando “contrató” a esos mismos trabajadores.

Lo de los 105 millones de inversión -eso sí... en 8 años- tampoco negaré que es un titular vistoso: 12 clústeres y la mejora de 600 empresas industriales de los sectores náutico, aeronáutico, moda, hábitat, alimentación, industria de la cultura y tecnológica. El caso es que, analizando un poco las medidas que propone el plan, tampoco he visto un gran cambio respecto a lo que ya se venía haciendo.

Soy de los que piensan que la mejor política industrial es la que no existe -ya lo dijo Carlos Solchaga, el primer ministro de Industria de Felipe González- y que, en un mercado tremendamente globalizado, tenemos que destinar nuestros esfuerzos hacia aquellos sectores en los que tenemos una ventaja competitiva.

En mi opinión son necesarios tantos observatorios, pero ya se sabe que la política balear es esa en la que cuatro islas opinan y el dinero acaba gastándose en Mallorca.