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P.VALERO-MONTERREY La Conferencia Mundial de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo comenzó ayer en Monterrey con asistencia de 180 países que analizarán medidas para reformar la relación entre estados ricos y pobres mediante un nuevo modelo de financiación. En la cumbre participarán más de cincuenta jefes de Estado o de Gobierno, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y organismos multilaterales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

La reunión se celebra en el Centro Internacional de Negocios (Cintermex) de la ciudad industrial mexicana de Monterrey, en medio de grandes medidas de seguridad, con miles de agentes del orden y vallas metálicas que impiden acercarse a personas no acreditadas o manifestantes antiglobalización.En los primeros tres días de reunión participarán altos funcionarios y ministros, y el jueves y viernes se incorporarán los jefes de Estado y de Gobierno.

El llamado «Consenso de Monterrey», que será aprobado oficialmente el viernes, contiene medidas para que la globalización sea más regulada, según palabras del ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda. El documento ya negociado, de 17 páginas, recomienda la liberalización del comercio internacional como promotor del desarrollo, critica las barreras de los países industrializados, y propone buscar medidas para aliviar el excesivo endeudamiento de los países de ingresos medios y una mayor participación de las naciones en desarrollo en el sistema financiero multilateral.

También advierte de que los países en desarrollo deben reforzar su combate a la corrupción, respetar el derecho a la propiedad y asegurar el Estado de Derecho y el buen gobierno, como condicionantes para la ayuda financiera internacional. Sin embargo, las ONG y otras organizaciones sociales han criticado lo que llaman el «Consenso de Washington», porque a su juicio no establece mecanismos concretos que permitan eliminar la pobreza en el mundo y está dominado por la tendencia neoliberal de los gobiernos.

Aunque Estados Unidos y la Unión Europea anunciarán en Monterrey aumentos en su Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), el objetivo internacional del 0'7 por ciento del Producto Interior Bruto fijado en el marco de las Naciones Unidas hace ya más de treinta años sigue aún sin calendario. De hecho, la ausencia de compromisos concretos fue reconocida por el canciller mexicano.