Los prorrusos dan la bienvenida a los liberados del departamento de policía de la ciudad ucraniana de Odesa. | GLEB GARANICH

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La policía ucraniana liberó ayer a 67 detenidos en los disturbios del viernes pasado en Odesa, después de que un millar de prorrusos intentaran asaltar la sede del Ministerio del Interior de la ciudad. La Fiscalía regional de Odesa decidió poner en libertad a los participantes en los desórdenes «por exigencia de los manifestantes», según un comunicado emitido por la policía.

Los prorrusos liberados fueron recibidos por familiares, amigos y simpatizantes concentrados en el patio interior del edificio al grito de «Odesa, ciudad rusa». Entre las personas puestas en libertad figurarían también partidarios de la integridad de Ucrania.

Los enfrentamientos violentos protagonizados el viernes por ambos bandos costaron la vida a 46 personas en esa ciudad bañada por el Mar Negro. Ahora, la policía intenta convencer a los congregados para que se dispersen, pero éstos se niegan, ya que aducen que a los liberados no les han devuelto sus documentos de identidad, por lo que podrían volver a ser apresados.

Atacada

En total, 127 personas permanecían detenidas por participar activamente en los disturbios protagonizados por prorrusos y proucranianos. Poco antes, los prorrusos lanzaron piedras contra las ventanas e intentaron acceder por la fuerza al edificio, pero decenas de efectivos antidisturbios equipados con escudos y cascos les impidieron el paso.

Los atacantes querían impedir el traslado de sus compañeros a los tribunales de primera instancia para que se dictaran medidas cautelares. Los manifestantes llegaron a la comisaría tras marchar por las calles de la ciudad desde la Casa de los Sindicatos, donde un incendio se cobró el viernes la vida de unas 40 personas, en su mayoría prorrusos partidarios de la federalización de Ucrania.

Se sumaron a los cientos de familiares y amigos de los detenidos que se habían concentrado horas antes frente al edificio para exigir su puesta en libertad. Ayer llegó a Odesa el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, quien responsabilizó a la policía de los sucesos del viernes.

Mientras tanto, la ofensiva de las tropas ucranianas sobre Slaviansk y Kramatorsk, baluartes de los separatistas prorrusos, quedó ayer en suspenso, pero persiste el temor entre la población rusohablante a que el Gobierno de Ucrania amplíe sus acciones militares a otras ciudades. No hay ninguna directriz gubernamental que ordene frenar la ofensiva.