TW
0

Por primera vez en un mes de febrero desde 1996 el paro nos da un respiro y en Balears las estadísticas reflejan buenas noticias. Casi ocho mil personas encontraron trabajo durante el mes pasado en las Islas, lo que redujo las listas de desempleados y confirmó la tendencia a la recuperación económica que se viene adivinando desde hace meses.

Sin embargo, aunque se trate de una buena noticia, hay que hacer notar -ya lo han hecho los sindicatos- que la práctica más común a la hora de contratar a un empleado es la temporalidad (casi el 87 por ciento), tanto que son mínimos los contratos indefinidos que se firman en las Islas, lo que pone en evidencia que algo falla en nuestro sistema laboral. ¿Otros déficits? Claramente, la tasa de empleo femenino, que sigue protagonizando las listas del desempleo (son un 56 por ciento del total), y la estacionalidad, esa vieja asignatura pendiente que nadie ha sabido resolver hasta el momento.

Otro dato llamativo de los informes hechos públicos ayer nos habla de un crecimiento del número de empleados en el sector de la construcción, lo que demuestra que éste sigue siendo una locomotora laboral -junto con el turismo, claro, que ahora está en temporada baja- que en algún momento tendrá que empezar a frenar el ritmo. Porque fundamentar nuestro crecimiento económico en la proliferación de urbanizaciones, carreteras y demás construcciones tendrá, necesariamente, un límite temporal cuyas consecuencias las autoridades deberán valorar por anticipado. Cuando el ritmo se ralentice, los efectos económicos y sociales del parón pueden llegar a ser preocupantes, por lo que nuestros políticos han de prever alternativas adecuadas en otros sectores menos efímeros.