Lía no sabe cómo afrontará el pago de su hipoteca a partir de ahora. | Joan Torres

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Lía, de origen brasileño, hace años que vive en Mallorca. Está casada, tiene un hijo de 12 años y trabaja de limpiadora en un centro público a media jornada. La crisis dejó a su marido sin trabajo y «lo perdió todo». Estuvieron a punto de perder su casa, la única residencia que tienen, y decidieron hacer home sharing, como se conoce al alquiler de habitaciones de la vivienda habitual a viajeros. Esto les ha permitido poder seguir pagando la hipoteca. Sin embargo, la entrada en vigor de la nueva Ley de Turismo que regula el alquiler vacacional ha obligado a Lía a retirar los anuncios del alquiler de su habitación y a cancelar las reservas para los próximos meses, que ha seguido la recomendación de la patronal Aptur, de la que es socia.

Visiblemente emocionada, asegura que no sabe cómo afrontará el pago de su hipoteca. «La mayoría de las personas que nos dedicamos al home sharing lo hacemos por necesidad, no representa ningún negocio para nosotros», explica Lía.

Su vivienda está en una zona costera de la Isla y alquila solo una habitación a una persona sola o a una pareja. No quiere desvelar el precio pero asegura que paga los correspondientes impuestos. En su casa se han alojado desde turistas a trabajadores de temporada. «Son personas que no buscan un hotel, sino compartir la experiencia con residentes, el home sharing es una filosofía de vida muy extendida y regulada en otras ciudades del mundo», explica.

Con el fin de que el alquiler de habitaciones de la residencia habitual se tenga en cuenta en la normativa, junto con otras personas que llevan a cabo esta actividad, el próximo mes se reunirá con la directora general de Turisme, Pilar Carbonell. «Queremos una regulación, pero no como está contemplada en la actual ley».