¿Qué sucedió realmente? El especialista en Salud Pública y Medicina Preventivas, Joan Carles March, aclara que la resurrección no existe, pero precisa que desde 1984 lo que sucedió el pasado sábado en Palma también le ha ocurrido, al menos, a 63 pacientes más. En este sentido, precisa que «el 35 % de supuestos resucitados sobrevivió hasta el alta del hospital y, en la mayor parte de las ocasiones, sin secuelas neurológicas».
En este sentido, expone que «se han barajado varias hipótesis plausibles al fenómeno, aunque por sí solas no han logrado explicar la totalidad de los casos documentados. Una de ellas tiene que ver con un posible efecto retardado de los fármacos utilizados durante la reanimación, como la adrenalina. Otras posibles explicaciones al fenómeno se han relacionado con la presencia de marcapasos funcionantes o la autorreperfusión miocardiaca tras el desprendimiento de placas de ateroma en las arterias coronarias». Sin embargo, subraya que «la hipótesis más razonable apuntaría a la existencia de un aumento de las presiones intratorácicas producida por la ventilación artificial. Este proceso podría desencadenar una disminución de la perfusión coronaria y el cese de la actividad del corazón. Al dar por finalizadas las maniobras de reanimación se provocaría la disminución la presión intratorácica y, tras ello, la recuperación espontánea del movimiento mecánico del corazón».
March explica que «la posibilidad de que los muertos retornen a la vida ha quitado el sueño a los humanos desde la época medieval hasta principios del siglo XIX. Pero, si una persona está biológicamente muerta no es reversible porque se ha producido muerte cerebral». En este sentido, señala que «a lo largo de la historia la forma de diagnosticar la muerte de una persona ha sufrido variaciones. Durante siglos se aceptó que la ausencia de respiraciones, de pulso, de latidos y de reacción a estímulos eran signos inequívocos de fallecimiento. Sin embargo, esos criterios no siempre eran determinados por un médico cualificado y podía existir cierta desconfianza en el diagnóstico».
March añade que «bajo esas circunstancias, y en aras de evitar el error de dar sepultura a alguien dado por muerto por error, nace la tradición del velatorio, cuya duración varía, según las culturas, entre uno y tres días. De hecho, en España, hasta el año 2011 era necesario esperar 24 horas antes de proceder al enterramiento de un cuerpo. Actualmente, la ciencia y la tecnología están suficientemente avanzadas como para no cometer errores de esa naturaleza».
Proceso de muerte
El prestigioso experto insiste en que «la resurrección de cadáveres hace mucho tiempo no se considera posible en el nivel actual de conocimiento científico. La descomposición empieza unos minutos más tarde de la muerte con un proceso llamado autolisis o autodigestión. Poco después de que el corazón se pare, las células se quedan sin oxígeno y su acidez aumenta a medida que los derivados tóxicos de las reacciones químicas se acumulan en su interior. Las enzimas comienzan a digerir las membranas celulares antes de filtrarse por las células rotas. El proceso suele empezar en el hígado, rico en enzimas, y en el cerebro, que tiene un alto contenido en agua. Finalmente, todos los tejidos y órganos se colapsan del mismo modo. Rotos los vasos sanguíneos, las células se depositan, por efecto de la gravedad, en los capilares y las venas pequeñas, decolorando la piel. La temperatura corporal empieza a caer también, hasta adaptarse al entorno. Es el momento del rigor mortis, que comienza por los párpados, la mandíbula y los músculos del cuello y sigue con el tronco y las extremidades».
March precisa que «en un cuerpo vivo, las células musculares se contraen y se relajan gracias a la acción de dos proteínas filamentosas, que se deslizan a la par. Tras la muerte, las células se ven privadas de su fuente de energía y los filamentos proteicos quedan inmovilizados. Esto provoca la rigidez de los músculos y la parálisis de las articulaciones».
Es importante tener en cuenta que «el ecosistema del cadáver está formado, sobre todo, por bacterias que viven en el cuerpo humano vivo. Nuestro cuerpo alberga una enorme cantidad de bacterias. Cada superficie, cada rincón del cuerpo es un hábitat para comunidades de microbios específicas. Con diferencia, la mayor de estas comunidades está en el intestino, donde residen billones de bacterias de cientos o miles de especies diferentes».
7 comentarios
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Estas noticias son muy tetricas y alarmantes. Yo propongo como protocolo para los difuntos que cuando médicamente se les condideres clinicanentes muertos les corten la cabeza antes de enterrarlos o incineralos. Asunto resuelto.Otra solución sería que los difuntos fueran expuestos en la naveta de ciutadella y que su proceso de putrefacción fuera un proceso natural y no el proceso actual antinatural y poco fiable.
Existe,desde tiempos inmemoriables,lo que se llama Catalepsia!!!!
... en ocasiones me pregunto si realmente nuestros congéneres se han enterado de que vivimos en el siglo XXI, el de la ciencia y la técnica, de los avances del milenio... hablar de resurrección y sembrar dudas, como si contáramos cuentos como los de la biblia, es de juzgado de guardia... no existe la resurrección, si fuese así, no serían personas, sino zombies desprovistos de personalidad... no confundamos ficción con realidad... lo de la resurrección es como el otro cuento, el de volver de un coma o una desfibrilación, y contar chorradas de una vida tras la muerte... cuánto daño han hecho los libros de cuentos tipo biblia y similares... HAY QUE APROVECHAR la vida que vivimos, aquí y ahora, la única que tenemos, y dejarnos de fantasías, salvo cuando nos ponemos las pantuflas del sofá y la peli... antiguamente existían fantasmas, zombies, vampiros, no muertos y resucitados, porque la ciencia médica no existía o estaba en pañales, por eso tenemos esas tradiciones orales y cuentos chinos... hoy en día no debemos ser tan primos, vivimos en otra sociedad en la que las creencias en fantasías oníricas, en ficciones de salón, no deberían condicionarnos hasta el punto de ponernos en ridículo... no se resucita, no hay vida tras la muerte, y nadie puede pretender convencerte de lo contrario siendo un igual a tí sin prueba alguna de ello... un poquito de sentido común...
RealistaEs posible que usted no sepa con exactitud lo que es la simbiosis. Sin estas bacterias, directamente no podríamos vivir.
Ah o sea que nuestro cuerpo está lleno de bacterias!! Y después se extrañan de que hayan cosas raras? No hacen nada para hacer una limpieza de estas bacterias? Ahora tengo claro de un anuncio de un médico que vi por internet en el cual decia que nuestro cuerpo está lleno de bacterias y con fotos asquerosas de gente que habia probado un medicamento para sacar todas estas bacterias. Ahora veo que será verdad lo que ponía y no era una exageración.
Quiero dar las gracias a la redactora por aclarar que la resurrección no existe. Tenía mis dudas, pero esta noticia las ha despejado totalmente.
el redactor y su informante se olvidan de los casos mas frecuentes de muerte aparente que se "reaniman" solor y que son los bloqueos aurículoventriculares completos en los que el corazón en lugar de latir a su ritmo normal de setenta y algo pulsaciones por minutos, lo hace a treinta y cinco por venir el estímulo que hace latir el miocardio de otro centro (que llamamos atrioventricular) y aunque respira , late y le circula la sangre lo hace en tan poca cantidad que en un examen superficial y por lo aparente, puede "parecer muerto" pero en un examen detallado se ve que no lo está. Es la causa mas frecuente de estos problemas de diagnóstico pero tambien es la más fácil de detectar si se es médico .