Ricardo Olivieri es el propietario de este precioso Corvette de 1979 que cuida con mucho esmero. | Juan Miguel Giménez

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Ricardo Olivieri se declara un enamorado de Mallorca y de su Corvette. Este italiano que llegó hace más de treinta años a la Isla se siente muy orgulloso de este vehículo, que fue un regalo de su mujer. El coche lo adquirió en Sabadell y nos decía que lo que realmente le vuelve loco de este vehículo es su línea; lo considera un coche de líneas muy cuidadas y sobre todo destaca su gran morro de más de tres metros, eso es lo que realmente le da personalidad.

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Le gustan los clásicos en general, pero asegura que no es fácil tener varios por su coste de mantenimiento, por eso sólo tiene éste, al que dedica todo su tiempo y cariño y aunque reconoce que de mecánica no sabe nada, sí procura que todo esté en su sitio y en perfectas condiciones para poder utilizarlo en cualquier momento, ya que lo disfruta con cierta frecuencia al considerar que cuanto más ruede mucho mejor para el mantenimiento general del coche. Espera poder conducirlo muchos años y no cierra la puerta a la adquisición de otro vehículo para añadirlo a su pequeña colección, que aunque ahora es de un solo coche, para él es muy valioso.