Domingo junto a su vehículo. | Juan Miguel Giménez

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Domingo Conti es un conductor sanitario jubilado cuya mayor pasión a lo largo de su vida era la mecánica, pero como él mismo nos decía, terminó de conductor, aunque nunca dejó de hacer sus pinitos en dicho campo. De hecho, nos confiesa que tiene un pequeño taller en el garaje de su casa. Y ahora que está jubilado puede dedicarle más tiempo a lo que durante toda su vida ha sido su pasión. Cómo llegó a tener en sus manos este precioso Opel 1.2 LG de 1934 es una larga historia que se remonta a 2008, cuando en una publicación de objetos de segunda mano, Venta y Cambio, le sorprendió un anuncio en las páginas de motor donde se vendía este coche. Después de varias negociaciones, al final se hizo con él y fue a buscarlo a Pollença, donde se encontraba.

Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que el coche estaba en peores condiciones de las que aparentaba en la fotografías del anuncio. Pero aún así decidió adquirirlo e iniciar una dura y ardua tarea de reconstrucción. Nos comentaba nuestro interlocutor que el trabajo de restauración ha sido titánico, ya que sobre todo el motor estaba en muy malas condiciones, sólo el chasis se salvaba, aunque también tenía lo suyo. Así que con paciencia y tiempo —algo que tenía Domingo al estar ya jubilado— fue dándole forma hasta rematar la faena.

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CONOCIMIENTOS

Afortunadamente sus conocimientos de mecánica le sirvieron para hacer él mismo la mayor parte del trabajo, aunque reconoce que para determinadas cuestiones tuvo que pedir ayuda, ya que algunas de las modificaciones que había que hacerle eran realmente complicadas sino eres un especialista. Una vez concluido el trabajo el resultado es magnífico. De hecho, su propietario está realmente satisfecho de cómo ha quedado y además nos cuenta con orgullo que es un modelo único en Mallorca. Hay más, pero no son descapotables.

Domingo no es un coleccionista, pero nos confiesa que desde siempre ha querido tener un clásico; por ello, cuando se jubiló decidió ponerse manos a la obra y buscar un coche para restaurar. Reconoce que la ilusión ha sido restaurarlo porque en realizad no lo utiliza mucho, algún fin de semana y poco más, además no pertenece a ninguna de las asociaciones de clásicos y por tanto sus salidas se limitan a ir por su cuenta y confiesa que no sale mucho. Le preguntamos sobre si le gustaría tener algún otro vehículo y admitió que su ilusión sería poder adquirir un TR-4 de la marca inglesa Triumph, un pequeño descapotable que tiene muchos fans. En cuanto a este vehículo, fue fabricado por la marca alemana Opel durante los años 1931 a 1935, con carrocería rígida y descapotable. Fueron unos coches muy populares cuando salieron al mercado y afortunadamente todavía se pueden ver algunos por las carreteras gracias a los coleccionistas e inconcidicionales de la marca.