El moderno acuario de la Colònia de Sant Jordi nos ha servido de escenario ideal para este vehículo que ha visto incrementada bastante su autonomía.

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En poco tiempo he tenido la oportunidad de probar dos vehículos totalmente eléctricos, el Kia Soul EV y el Renault Zoe. La verdad es que se nota que la marca francesa hace más tiempo que «juega» en este tipo de terrenos, con la colaboración necesaria de Nissan, dos grandes expertos ya en la materia. En uno de los apartados donde más se aprecia que están avanzando a pasos agigantados es en la autonomía, que es lo que más preocupa a los futuribles usuarios de este tipo de vehículos.

El Zoe tiene muchas coincidencias con el Nissan Leaf, empezando por el diseño exterior, que es muy parecida en ambos. Del modelo que hoy nos ocupa, el Zoe, lo primero hay que destacar es que tiene una estética muy diferente del resto de vehículos de la marca francesa; se podría decir que tiene un diseño mucho más japonés que europeo.

Éste cuenta con una parte delantera muy al estilo eléctrico, es decir, con unos faros muy finos, con iluminación led, y con destellos azules distintivos de este tipo de vehículos. Otra cosa que llama la atención de la parte frontal (aunque también en la trasera) es un parachoques perfectamente integrado en el conjunto, como si fuera una parte más de la carrocería.

La parte posterior dispone de unos faros que llaman la atención por dos motivos; por una parte por el hecho de ser también de pequeñas dimensiones y también porque sobresalen del conjunto. Además huye de los típicos colores rojo y naranja de los vehículos más clásicos.

PROPULSOR

En cuanto al motor, ya hemos dicho que se trata de un propulsor eléctrico que es muy interesante. Es un propulsor que llevándolo en modo normal o ECO cambia muchísimo, de igual manera que repercute de forma directa en la autonomía de la batería.

Nosotros lo hemos conducido casi todo el tiempo en modo ECO para poder comprobar cuántos kilómetros más o menos reales podíamos hacer con este vehículo, que han sido prácticamente 300, que no está nada mal y que permite llevarlo por la Isla sin pasar pena de no poder llegar a los destinos.

En modo ECO se muestra un vehículo más perezoso en cualquier campo, hasta el punto de poder llegar sólo hasta un poco más de 90 Km/hora de velocidad máxima. Si se requiere más velocidad o se ve necesario adelantar a otro vehículo en carretera es preciso desconectar el modo ECO para poder realizar un adelantamiento en condiciones y con total seguridad.

Quizá el único inconveniente de estas baterías es que la carga completa, en un enchufe normal, es muy larga (unas 24 horas), aunque en un puesto de carga rápido el tiempo se reduce de forma considerable.
Del motor hay que destacar que siempre es capaz de absorber energía en las frenadas o cuando circula por inercia, independientemente del modo de conducción utilizado.

En la recuperación se muestra bastante efectivo, de igual manera que en la aceleración, que en el modo Normal sorprende en positivo.

El interior es bastante futurista, ya que destaca por ofrecer toda la información de forma digital al conductor, algo en lo que los ingenieros de la marca francesa son unos expertos. Las plazas posteriores son suficientes para que tres adultos viajen de forma cómoda, con suficiente espacio para las piernas, con la anchura adecuada.

Las calidades de los interiores son medias, con materiales bastante nobles, aunque hay algún plástico que a la larga puede dar un poco de guerra en cuanto a ruidos.