Deportivo con forma de SUV. | Miquel Àngel Llabrés

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Hace pocas fechas llegó al mercado europeo el Alfa Romeo Stelvio, el primer todocamino moderno de la deportiva marca italiana, porque anteriormente la firma había producido ya un todoterreno militar denominado Matta en la década de los 50. El nombre elegido se refiere al Paso Stelvio, situado en los Alpes. Prácticamente todas las firmas de coches han tenido que sucumbir a la fiebre de los SUV, que han desbancado por completo a las berlinas. Las causas son diversas y no todas reales. La estética, la sensación de seguridad y la amplitud interior son las más socorridas, aunque la de la seguridad no cuela al ser más altos y pesados, lo cual les perjudica en curva al tener el centro de gravedad más alto.

El nuevo Stelvio nos recuerda un poco a su ‘familiar cercano’, el Maserati Levante, y a otros productos de gran calidad de la competencia. La parte delantera es la más atractiva del SUV que recuerda a los otros productos de la misma, con un frontal afilado, al igual que sus faros, y no podía faltar la especie de triángulo del emblema de la marca, que hace que la matrícula tenga que estar en un costado. La parte posterior es igualmente moderna, aunque más previsible que la anterior, con unos faros también finos, con la ya extendidísima iluminación led.

MOTOR
La unidad que hemos probado contaba con el interesante motor 2.2 diésel de 210 CV, un propulsor que da un brío especial a un modelo, cuya marca siempre ha destacado por su carácter deportivo y este 2.2 no lo desmerece en absoluto.

Las prestaciones de este motor son realmente buenas, sobre todo en la aceleración, donde con el modo de conducción Deportivo, se transforma completamente para convertirse en un deportivo capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en tan sólo 6,6 segundos, una cifra que está muy, muy, bien para un vehículo de estas dimensiones y peso.
El cambio automático de doble embrague es muy interesante, prácticamente al nivel de los mejores del mercado.

El consumo es otro de los apartados que cabe destacar de forma importante, ya que llevándolo en modo A, que vendría a ser el Eco de otros modelos, según marca, es capaz de gastar sólo 4,8 litros a los 100 Km, una cifra que nosotros hemos elevado sólo hasta los 5,8, que también es más que destacable.

El comportamiento en carretera es también muy interesante, aunque la marca ha optado por un tarado de suspensiones que favorece bastante la comodidad de los ocupantes y ha conseguido un equilibrio casi perfecto entre un vehículo cómodo y a la vez dinámico.

INTERIOR
Al sentarnos en el volante del Stelvio hay dos cosas que llaman poderosamente la atención: por una parte la altura importante respecto al suelo, además de las dimensiones del volante, que resulta muy reducido y fino, al más puro estilo deportivo. Este último otorga al conductor una mejor manejabilidad del SUV y una mayor facilidad a la hora de conducirlo en una variante deportiva porque la desmultiplicación del volante es perfecta.

Del interior también cabe destacar la calidad de los materiales, aunque el diseño penaliza la visibilidad posterior y los asientos podrían tener una mayor sujección lateral. La pantalla central es alargada, quizá demasiado incluso, para toda la información que se ofrece.

La comodidad y la amplitud interior también están fuera de toda duda, ya que los pasajeros de las plazas posteriores van sentados con total comodidad, además de ofrecer mucho espacio en el maletero.