Una berlina con mucho encanto. | Miquel Àngel Llabrés

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En un momento en que las berlinas están de capa caída, la marca alemana -que compró hace pocas fechas el grupo PSA- pone a la venta la última versión de uno de sus vehículos más lujosos y mejor acabados: el Opel Insignia.
Se trata de un automóvil del segmento D que se comenzó a vender en noviembre del año 2008 y que vino a sustituir al ya legendario Vectra.

En esta ocasión, el remodelado modelo ha mejorado en todos los aspectos, empezando por el diseño exterior, ya que cuenta con una línea mucho más estilizada que comienza en los faros anteriores, que cuentan con iluminación led diurna y nocturna, además de tener la más alta tecnología Opel en lo que se refiere a los faros, con lo que se consigue una inmejorable visión nocturna.

Estos faros delanteros le confieren una imagen mucho más agresiva que la que tenía la generación anterior, que disponía de una línea mucho más redondeada que ésta.

La parte posterior, siendo más parecida a la de la generación anterior, también ha cambiado bastante con la incorporación de unos faros mucho más estrechos, que también tienen iluminación led nocturna, con lo que se consigue un efecto muy interesante de noche.

MOTOR
La unidad que hemos probado nosotros llevaba el motor 1.5 Turbo de 140 CV, que sólo está disponible con cambio manual. Hay otra versión más potente, con 25 CV más, que debe ser más explosivo.

Siguiendo la misma política de prácticamente todas las marcas exceptuando alguna japonesa o Premium, Opel también ha apostado por bajar cilindrada y tirar del turbo para conseguir buenas prestaciones y bajar consumos. Lo que antes se conseguía con un motor de 2.0 litros, ahora lo hace con un 1.5. La aceleración en este vehículo es suficiente, aunque se añora que tenga un poco más de empuje, porque a partir de las 4.300 vueltas el motor ya deja de acelerar más y reclama un cambio de marcha, aunque pueda subir tranquilamente hasta las 5.500. Los 9,9 segundos que tarda para pasar de 0 a 100 Km/h se muestran como una cifra más bien discreta. Por ello podemos decir que el motor donde mejor se maneja es a medio régimen. En la recuperación se muestra un poco más efectivo, sin ser su punto más fuerte.

CONSUMO
En cuanto al consumo, sí que la marca Opel ha dado en el clavo al conseguir un muy alto índice de eficiencia energética, ya que la media anunciada por la marca de 5,7 litros a los 100 Km nosotros la hemos mantenido tranquilamente en los 6,4, que es una cifra que está muy bien teniendo en cuenta las dimensiones y peso del Insignia (unos 1.400 Kg.)

En cuanto al comportamiento en carretera, la suspensión busca la comodidad por encima de todo. Por ello pueden llegar a ser algo blandas en algunas situaciones, aunque no se acusa en exceso y se mantiene bien en las curvas cerradas.

El interior del Opel Insignia se puede catalogar de refinado y tecnológico, como viene siendo norma de la casa en sus últimos productos. Otro apartado en el que también destaca sobremanera es en el de la calidad de los acabados, donde la marca siempre ha tenido un cuidado especial. Quizá el puesto de conducción podría ser más ancho para las piernas para resultar más cómodo. De serie ya cuenta con el sistema multimedia IntelliLink 4.0 y la pantalla de siete pulgadas (opcionalmente está disponible el RF900 con pantalla de ocho pulgadas). La instrumentación es mitad analógica y mitad digital con una interesante pantalla a color en el centro de 4,2 pulgadas que ofrece muchas opciones y cuenta también con un sencillo y práctico Head Up Display.