El colegio público de la Colònia de Sant Jordi nos ha servido como un escenario perfecto para este vehículo de línea tan moderna y con una tecnología tan avanzada. | Miquel Àngel Llabrés

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El Nissan Qashqai, en su primera generación, fue durante mucho tiempo el SUV de su segmento más vendido del mercado gracias a su relación calidad/precio, además de ser un vehículo muy fiable y seguro, y todo en conjunto encandiló al público. La segunda generación del modelo, que apareció en 2014, tuvo mejoras en prácticamente todos los apartados, equipamiento en seguridad y tecnología, calidades, menores consumos…. menos en precio, que éste sí aumentó.

Además los ‘rivales’ también se habían puesto las pilas y prácticamente todas las marcas ya tenían en el mercado un SUV de parecidas características. La verdad es que a pesar de todo esto, el Qashqai sigue siendo un modelo que gusta mucho, con un muy buen índice de ventas y con un equilibrio en todos los apartados realmente bueno. Ahora llega un restyling que afecta al diseño exterior e interior del vehículo, aunque no se note en exceso, sobre todo el del interior.

Diseño

En cuanto al diseño exterior, se ha estilizado un poco la línea, con un capó más curvo con dos aristas y faros menos altos pero más grandes con led diurnos que forman una nueva firma luminosa en forma de boomerang (algo parecida a la de Renault) tanto en los faros halógenos como en los nuevos full led adaptativos. Los parachoques anteriores y posteriores son también de nuevo diseño.

Los pilotos de la parte posterior del Qashqai siguen teniendo la misma forma pero con nuevo diseño interior, fondo oscuro y firma luminosa por led con forma de boomerang de mayor tamaño.

Propulsor

La unidad que hemos probado contaba con el propulsor de origen Renault 1.5 dCi, un motor que en todos los modelos en los que lo hemos probado nos ha sorprendido gratamente, y en este Qashqai hemos tenido la misma sensación.

Se trata de un propulsor diésel de 1.461 cc, con cuatro cilindros en línea y 110 CV de potencia. A pesar de ser un motor de relativa poca cilindrada, ofrece unas prestaciones más que suficientes y sorprende sobre todo por su gran elasticidad, ya que entrega la potencia desde bajas vueltas gracias a una muy buena cifra de par máximo de 260 Nm, con lo que sus prestaciones parecen superiores a las de otros vehículos de cilindrada superior.

De hecho, nunca da la impresión de ir forzado, más bien al contrario. Los 11,9 segundos que tarda según la marca para acelerar de 0 a 100 Km/h son un poco rebajables.

Quizá donde se nota un poco la falta de motor y marchas altas muy largas es en la recuperación, que es donde se muestra un poco más perezoso.

El consumo es otro de los apartados donde este motor triunfa, ya que según mediciones de marca se pueden conseguir 3,8 litros de media a los 100 km y nosotros hemos conseguido una cifra también excelente, 4,6 litros, sobre todo tratándose de un modelo de dimensiones medias/altas.

El comportamiento en carretera es muy bueno, ya que traza las curvas sin problema, con muy poco balanceo pese a tratarse de un vehículo alto; en otros se nota bastante más.

En el interior, uno de los cambios más destacables es el nuevo volante, que es más moderno de aspecto, con parte baja plana, y el centro de menor tamaño, por lo que deja más a la vista los tres radios.

Hay más visibilidad hacia la instrumentación y cuenta con una nueva distribución de los botones de control de funcionalidades (radio izquierdo) y del control de crucero (radio derecho). Se renuevan también las terminaciones de las salidas de aire, las manecillas de puertas y algunos plásticos de la parte inferior del habitáculo.