La marca nipona vuelve a lanzar un SUV nuevo con una estética más agresiva que el veterano ASX, modelo con el que convivirá un tiempo | Miquel Àngel Llabrés

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La marca japonesa vuelve a jugar al despiste con los nombres de sus vehículos. Ya lo hizo hace relativamente poco con el Space Star, que anteriormente era un vehículo de carácter más familiar y ahora un utilitario de medidas bastante reducidas. En esta ocasión la ‘trampa’ se ha hecho a medias, porque el Eclipse de los años 90 era un vehículo coupé, con un diseño marcadamente deportivo que era muy del gusto de la gente joven. Ahora, Mitsubishi lo ha acompañado de la marca cross y se ha ‘convertido’ en un crossover de medidas muy parecidas a la del ASX, aunque también con un diseño más deportivo, del que sobresale sobre todo la parte posterior, que se divide en dos partes, al más puro estilo Honda Civic de anteriores generaciones.

De esta zona trasera cabe destacar este reflectante y el juego de luces que cruza el vehículo, lo que le da una imagen muy atractiva, sobre todo de noche, aunque mengua un poco la visibilidad trasera.

Curiosamente, con el modelo de Honda tiene también ciertas reminiscencias en cuanto al diseño de la parte delantera, que se parece bastante a la que presenta el Honda CR-V, con unos faros de dimensiones considerables, muy marcada también por llevar cromados.

MOTOR
La unidad que hemos probado contaba con el propulsor 150T, un motor de gasolina de 1.499 cc con turbocompresor. La potencia de éste es de 163 CV, y nos ha causado una muy buena impresión, ya que las prestaciones son muy interesantes tratándose de un vehículo de dimensiones considerables. Así, tarda 10,3 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h, que es una cifra más que interesante. La velocidad máxima es de 205 Km/h, que tampoco está mal.

El consumo también es uno de los apartados donde este motor nos ha convencido de forma clara, ya que los 6,6 litros a los 100 kilómetros anunciados por la marca, nosotros sólo los hemos elevado hasta los 7,2 litros, que sigue siendo una cifra muy buena. Hay que puntualizar que nosotros lo hemos conducido prácticamente todo el rato con la función ECO activada.

Lo que no nos ha convencido del todo en cuanto a la conducción es el cambio de marchas, cuya palanca está situada un poco atrás y tiene un recorrido demasiado largo, lo cual resta un poco de precisión.

En cuanto al comportamiento en carretera, se trata de un vehículo bien equilibrado. Podríamos decir que la configuración es la perfecta para un modelo como éste.

INTERIOR
El interior es quizá lo que nos ha decepcionado un poquito en cuanto a estética, tal vez porque esperábamos un poco más. Se parece aun demasiado a la del Mitsubishi ASX, modelo con el que convivirá durante algún tiempo. El marcador es muy completo y cuenta con toda la información necesaria para el conductor. Cerca de la rodilla izquierda del conductor hay demasiados botones para nuestro gusto.

La consola central es gruesa en exceso, lo que provoca que el conductor y también su acompañante tengan menos espacio para conducir cómodamente. En ésta también se encuentran demasiados mandos y el que la pantalla sobresalga del conjunto no es un elemento que mejore la estética del interior. Las calidades de los elementos del interior están bien, aunque algunos plásticos que lleva podrían ser evitables.

El Eclipse Cross es un crossover de 4,40 metros de longitud y una habitabilidad excepcional. Tres adultos pueden ir sentados en la parte posterior sin ningún problema, con una altura y espacio para las piernas muy bien conseguidos.

El maletero, con 485 litros de capacidad, destaca sobre todo por su altura, lo que permite meter paquetes de grandes dimensiones sin perjudicar la comodidad de los ocupantes.