La marca alemana apuesta por convertirse en uno de los referentes en seguridad y tecnología aplicada a la comodidad de sus ocupantes | Miquel Àngel Llabrés

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Ya queda muy lejos aquella época en la que el Mercedes Clase A, concretamente en el año 1997, era un vehículo monovolumen del segmento B. De hecho, las dos primeras versiones de este modelo (1997 y 2011) siguieron esa línea.

Fue en el año 2012 cuando la marca alemana presentó su nuevo Clase A, que poco o nada tenía que ver con la primera versión del modelo. Pasó de ser un monovolumen del segmento B a ser un compacto con línea deportiva del segmento C.

Este cambio supuso para la marca germana un éxito impresionante de ventas, ya que tenía una estética de lo más deportiva en un momento en el que el Serie 1 de BMW ya era bastante veterano. Si había que poner un defecto a estos dos modelos era el de la habitabilidad de las plazas traseras, que no era de las mejores del segmento.

DISEÑO
Estéticamente la nueva variante ha realzado la imagen deportiva que ya tenía con una parte delantera mucho más afilada y con unos faros que recuerdan un poco a los del deportivo Scirocco, pero más modernos.

La parte posterior también ha recibido cambios considerables al montar unos faros también mucho más finos y atractivos, que cuentan con iluminación led, a los que ayuda el mini difusor de la parte inferior del parachoques.

La unidad que hemos probado es el A200, que incorpora un propulsor bastante pequeño en cuanto a cilindrada, un cuatro cilindros de 1.333 cc, aunque con una potencia más que interesante, de 163 CV, a la vez que dispone de un cambio automático de siete velocidades con levas en el volante.

Podría parecer a priori que tiene que ser un vehículo más bien tranquilo al tener una cilindrada baja, pero nada más lejos de la realidad. Sólo subirse a él y ponerlo en marcha, uno se da cuenta de que se trata de un vehículo con un motor muy nervioso, incluso conduciéndolo en modo ECO, donde también ofrece un comportamiento bastante dinámico. En modo Sport el motor tiende a revolucionarse mucho más al bajar de marcha con mucha facilidad.

Con todo ello se consiguen unas prestaciones muy buenas, más que suficientes para llevarlo a un ritmo alto en cualquier carretera. En ciudad requiere acostumbrarse un poco porque este carácter nervioso se tiene que modular un poco. Así, la velocidad máxima de este modelo con este motor es de 225 Km/h y acelera de 0 a 100 Km/h en sólo 8,2 segundos. Son cifras muy interesantes, que se obtienen gracias a una muy buena cifra de par (250 Nm). Para ponerle un pero, quizá estaría en que es un poco ruidoso cuando sube bastante de vueltas. El consumo también sorprende en positivo, ya que los 5,8 litros que anuncia la marca de media a los 100 Km, nosotros sólo los hemos subido hasta los 6,9, una cifra muy buena para un vehículo de gasolina de 163 CV con estas prestaciones.

El comportamiento en carretera también es óptimo en cualquier circunstancia, ya que entra en las curvas de manera clara sin que tienda a subvirar ni a sobrevirar. No se trata de un vehículo incómodo para los ocupantes, sino que lo podemos catalogar de muy bien estudiado.

INTERIOR
El diseño de los espacios interiores también ha recibido cambios importantes, sobre todo en lo relativo a tecnología, que ahora cuenta, sin duda, con la mejor de su segmento, guste más o menos. El interior del nuevo Clase A viene presidido por una doble pantalla (la del marcador y la de la consola central, esta segunda táctil), que se puede personalizar de forma totalmente al gusto del conductor. Al conductor que le gustan las agujas, éste no es su coche porque carece de ellas, pero se trata de un vehículo totalmente tecnológico.

El software para poder «hablar» con Mercedes realmente está muy bien conseguido y permite manejar muchos gadgets del modelo.